jueves, 20 de noviembre de 2014

Por qué y cómo dar gracias

Programa Manualidades y Arte para la Autoafirmación
TARDES DE MANUALIDADES Y CAFÉ
Guadalupe, 20 de noviembre de 2014

“Por qué y cómo dar gracias”
Por María Antonieta Campos Badilla

La Biblia dice, escuchadlo todo, retened lo bueno y desechad lo malo (I Tesalonicenses 5:21). Vivimos en un mundo multicultural, con un intercambio de información acelerada por medio de la tecnología. Internet nos puso en contacto con las otras culturas del mundo y las compañías  transnacionales y las nuevas formas de intercambio comercial nos han obligado a interactuar cada vez más con personas diferentes a nosotros. Hemos tenido que aprender otros idiomas para poder comunicarnos, y también, hemos tenido que afirmar lo que creemos para poder compararnos después con lo que es diferente. Nos hemos  visto en la necesidad de desarrollar tolerancia y amor al prójimo como nunca, y también hemos tenido la bendición de aprender de otras culturas más alternativas para el cuidado de la salud, de la estructura familiar, de las interacciones sociales, etc. En este intercambio cultural, hemos adoptado nuevas celebraciones, y hemos tenido, entonces, que definir muy claramente en qué creemos, en qué no creemos y por qué lo hacemos.
Hoy estamos a las puertas de una nueva celebración que se ha vuelto internacional: Acción de Gracias
El día de Acción de Gracias en América del Norte tiene sus orígenes en una mezcla de tradiciones europeas y aborígenes. En Europa, los festivales se llevaban a cabo antes y después de los ciclos de cosecha para agradecer por una buena cosecha, y para celebrar después del duro trabajo junto con el resto de la comunidad. Los nativos americanos también celebraban el final de la cosecha. Cuando los europeos llegaron a lo que sería América por primera vez, llevaron sus propias tradiciones (fiestas de la cosecha) desde su continente, celebrando el final de su viaje, la paz y la buena cosecha. 1
¿Creemos en dar gracias los cristianos? ¡Claro que sí! Entonces, podríamos celebrarlo junto con los norteamericanos tal como aprendimos a celebrar la Navidad y la pascua de los europeos cristianos.
¿Y cómo se dan las gracias? Francamente no creo que sea haciendo compras en el viernes negro, no creo que se trate de aprovechar promociones del cambio de estación. Uno da gracias agradando al otro: a Dios, y al prójimo que nos ha dado Dios para que cuidemos y para que nos cuiden.
Cuando un amigo estrena su casa y nos invita, por simple protocolo y/o por amor llevamos un regalo. Cuando somos nosotros los que estrenamos nuestra casa, invitamos a las personas queridas y las agasajamos con una buena comida.  Damos lo mejor. Eso, precisamente eso; dar gracias significa dar lo mejor de nosotros como resultado de todo el bien que se nos ha hecho.  Quien nos ha hecho el bien ha sido Dios, y cómo le gusta que le agradezcamos, amando a otros. En el evangelio de Juan 15:19 dice:
Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras… Y dicho esto, añadió: Sígueme.
El día de hoy te motivo a celebrar, a tomar lo bueno que hemos aprendido de otras culturas sin olvidar tu fe y tus creencias. Da gracias a Dios a manos llenas, llenas para dar a tu prójimo; si decides comer con otros, que la comida que compartas sea abundante y de exquisito sabor, si decides celebrar usa tus mejores galas pensando que quienes estén contigo se sientan cómodos, si decides cantar y bailar, canta de primero a quien te lo ha dado todo, agradécele a Él recordando que Él es un Dios abundante, generoso y lleno de bondad incondicional, sé igual de generoso y bueno con quienes te rodean, y no pienses tanto en cómo rendir tus bienes y aprovechar para ti el máximo de promociones, que tus bienes en este día proclamen que crees en la abundancia de tu Dios y que agradeces el tener tanto como para compartir con otros.
La abundancia, la riqueza, la buena cosecha que Dios nos ha dado, aquello que ha sido suficiente para alimentarnos y abrigarnos durante este año, tiene que manifestarse también en nuestra generosidad con los demás, así, cierro esta motivación con un pequeño recordatorio de lo que dice la Biblia: “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35).