TARDES DE
MANUALIDADES Y CAFÉ
21 de enero de 2015
Proyecto de Vida
y Propósitos de Año Nuevo
Por María Antonieta Campos Badilla
Habiendo aclarado cuál es nuestro
proyecto de vida (el mío es vivir amando-dando, véase la reflexión de la semana
pasada) entonces nuestros propósitos de año nuevo deberían ser coherentes y
mantener una relación cercana con estos.
Tener nuevos propósitos cada año
no es una obligación, pero es una buena práctica para quien quiere asegurarse
de caminar hacia el lugar al que quiere llegar. Y planear las actividades más
pertinentes para alcanzar nuestros objetivos y organizarlas en el tiempo y de
acuerdo con nuestras posibilidades reales no es fácil.
Una buena recomendación para
organizar los propósitos de año nuevo es
abarcar todas las áreas de nuestro ser integral, y hacer listas de chequeo en
las que podamos definir cuáles actividades realizaremos para crecer en cada
área seleccionada, y luego poder marcar
cada actividad en el momento en que cumplimos con ella. Al final del año
podremos tener una noción clara de lo que logramos y lo que no. El tiempo,
también tiene que estar definido, pero de esto hablaremos más adelante; por
ahora definamos las áreas importantes, para mí son las siguientes:
1. Atención
personal y salud integral (espíritu, alma y cuerpo). Una persona que no se
nutre a sí misma con amor y atenciones para su salud integral difícilmente
contará con los recursos para dar.
2. Desarrollo
de las competencias profesionales y de ejecución cotidiana. Tanto personal como
académica y profesionalmente necesitamos crecer, entre más crecemos más
posibilidades tenemos de impactar nuestro entorno con aportes positivos;
también es necesario esforzarnos por desarrollar mejores competencias para
satisfacer nuestras necesidades personales cada día.
3. Tiempo
para compartir y establecer vínculos. El compartir se logra cuando dedico
tiempo a estar con otros, a observarlos, a escucharlos, a comprender sus
necesidades, cuando me dispongo a dar en un espacio de tiempo estructurado en
el que le doy mi amor y atención a una persona, un grupo o un ambiente específico.
Ahora bien, si se trata de
establecer propósitos de año nuevo, entonces es necesario definir actividades
específicas por realizar. Sigamos con el ejemplo de la semana pasada; les
cuento que en estos días he logrado comprar algunos productos a la vendedora de
flores de la calle, pero una pequeña ayuda no constituye un estilo de vida que
dé sentido a mi existencia. Para mejorar puedo pensar que quedan otros muchos
pendientes en mi lista de formas de compartir, por ejemplo, acomodar mi closet y seleccionar un grupo de
prendas de vestir para regalar, organizar mis finanzas y compartir un
porcentaje con alguien que lo requiera, continuar con mis publicaciones en este
blog para ayudar a quienes puedan necesitar
organizarse un poco, atender a las personas que llegan a nuestros
talleres con mucho amor y esmero, etc., pero hacer las cosas en desorden puede
implicar simplemente una buena intención y no un propósito alcanzable. Así, he
decidido utilizar mi diario de autoconocimiento para registrar todo aquello que
hago y que se relaciona directamente con mi proyecto de vida.
En este diario anotaré:
1. Una
actividad semanal que haya ayudado de manera especial a mejorar mi bienestar
personal. Trataré de alternar entre el registro de actividades espirituales,
socio-afectivas y del cuidado de la salud física.
2. Una actividad semanal en la que haya podido
mejorar mis oportunidades de desarrollo de competencias; por ejemplo, mi
participación en el concurso de alguna consultoría, el avance en alguno de los
capítulos de mi tesis, alguna reunión con alguna empresa o grupo con el que
pueda establecer convenios, el diseño de una nueva colección de joyas y
accesorios, una charla impartida, un curso ganado, etc. En cuanto a mis
competencias más cotidianas y personales puedo anotar cuando haya terminado de
leer algún libro interesante, cuando haya escrito algún ensayo o carta
significativa, cuando haya pintado un cuadro que me gusta, cuando haya
colaborado con mi familia en la resolución de algún problema particular, y
cualquier otra que me haya requerido un esfuerzo cognitivo suficiente para
desarrollar más habilidades para mantener mi independencia.
3. Una
actividad semanal en la que haya compartido con una persona o un grupo en
especial, procurando que ese compartir trascienda en sus vidas y que no sea
sólo una ayuda pasajera poco significativa.
Es así de
sencillo, los propósitos de año nuevo deben traducirse en actividades medibles
con productos tangibles. Tres por semana, asegurarán el cumplimiento de mis
propósitos y ayudarán a fortalecer mi sentido de vida.
Ahora bien, te
motivo a definir tres áreas de trabajo como lo he hecho yo en este escrito, y a
registrar tus logros semanalmente. Tres logros por semana. Y en cuanto a la
actitud por mantener durante el año recuerda: “Dios pone en nuestro corazón el
querer como el hacer” (Filipenses 2:13), poner atención a tu corazón será
suficiente para mantener tu norte.