miércoles, 11 de febrero de 2015

Los Recursos para Alcanzar las Metas y los Planes

TARDES DE MANUALIDADES Y CAFÉ
18 de febrero de 2015.

Los Recursos para Alcanzar las Metas y los Planes
Por María Antonieta Campos


¿De dónde vienen los recursos para alcanzar las metas y los planes que nos planteamos al iniciar un nuevo ciclo en nuestras vidas? En principio tendríamos que definir qué son los recursos.

Estamos acostumbrados a pensar primero en todos aquellos bienes materiales  y las características del entorno que nos sirven para trabajar por un objetivo. Pero también existen recursos internos, aquellos que suelen venir antes que los materiales; me refiero, a los valores, a las emociones positivas y motivadoras, a las habilidades de pensamiento y resolución de problemas y a la fortaleza espiritual. Todo lo que nos ayuda a resolver un problema es un recurso con el que contamos.

Para contestar la pregunta inicial recordé algunas promesas bíblicas que me han inspirado en algunas ocasiones: Para empezar la Biblia dice que todo es nuestro, nos enseña que hemos sido dotados de talentos que debemos poner a trabajar—a producir, nos enseña, nos promete prosperidad, una cosecha al ciento por uno, nos dice que Dios envía la lluvia temprana como la tardía (es decir, la bendición a su tiempo y la bendición que restaura aquello que nos fue quitado) y nos dice que con esa lluvia dará su fruto la tierra (es decir, nuestra vida), se refiere a las vides (nuestro gozo y prosperidad espiritual), y al trigo y el ganado (nuestra prosperidad material).

Ya había mencionado el verso “Dios es el que todo lo llena en todo”; esto quiere decir que Él es nuestra fuente, Él es quien nos “revela los secretos muy guardados y los tesoros escondidos”. Uno de estos secretos se encuentra en los Salmos, cuando dice que nuestras cámaras se llenan con ciencia, prudencia y sabiduría.

A continuación, anoto las definiciones literales encontradas en Wikipedia para estos términos, a petición de las señoras de las Tardes de Manualidades y Café:

La Real Academia Española indica que la palabra ciencia viene del latín scientĭa que significa conocimiento, y que “es el conjunto de conocimientos estructurados sistemáticamente. La ciencia es el conocimiento obtenido mediante la observación de patrones regulares, de razonamientos y de experimentación en ámbitos específicos, a partir de los cuales se generan preguntas, se construyen hipótesis, se deducen principios y se elaboran leyes generales y sistemas organizados por medio de un método científico”. (http://es.wikipedia.org/wiki/Ciencia)

De la misma fuente aprendemos que “la prudencia es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con cautela, definida por los Escolásticos como la recta ratio agibilium, para diferenciarla del arte recta ratio factibilium. También se entiende como la virtud de comunicarse con los demás por medio de un lenguaje claro, literal, cauteloso y adecuado, así como actuar respetando los sentimientos, la vida y las libertades de las demás personas. Actualmente se ha impuesto el significado de actuar con precaución para evitar posibles daños”. (http://es.wikipedia.org/wiki/Prudencia)

Finalmente, “la sabiduría es una habilidad que se desarrolla con la aplicación de la inteligencia en la experiencia propia, obteniendo conclusiones que nos dan un mayor entendimiento, que a su vez nos capacitan para reflexionar, sacando conclusiones que nos dan discernimiento de la verdad, lo bueno y lo malo. La sabiduría y la moral se interrelacionan dando como resultado un individuo que actúa con buen juicio. Algunas veces se toma sabiduría como una forma especialmente bien desarrollada de sentido común”.  (http://es.wikipedia.org/wiki/Sabidur%C3%ADa)

“Todo don perfecto viene de lo alto”, así que estos tres recursos primarios vienen de Dios y tienen la capacidad de permitirnos llenar nuestras vidas de otros recursos que aparecen en un orden secundario, aunque sean los que usualmente pensamos de primero: me refiero a los recursos materiales.
Les propongo que hagamos un ejercicio; si han venido leyendo las reflexiones anteriores será más fácil. El ejercicio consiste en escribir tres de las metas que nos hemos planteado este nuevo año y  anotar a la par los recursos primarios que necesitaríamos para alcanzarlas y en una tercera columna los recursos secundarios o materiales. Les doy un ejemplo de mis propias metas:

Meta
Recursos primarios:
Recursos secundarios
Ofrecer una educación de calidad a los adultos mayores
Ciencia: Metodologías andragógicas (educación de adultos), teorías de la plasticidad cerebral, de la estimulación cognitiva, del desarrollo del pensamiento crítico y creativo y del envejecimiento activo.
Prudencia: Ocupar un rol facilitador flexible, respetuoso, en el que soy más una coaprendiz, ser paciente.
Sabiduría: Escuchar el consejo, respetar la experiencia, tolerar las diferencias de pensamiento, “enséñame de tal modo a contar mis días que traiga al corazón sabiduría” (Salmo 90:12)
Definir y suplir los materiales adecuados para las manualidades y actividades creativas.
Acondicionar el espacio (taller) según las necesidades de las personas con que trabajo.
Tener al día los servicios de agua, luz, alimentación, etc.
Hacer mercadeo de los servicios que se brindan a las poblaciones de interés.
Llevar expedientes de seguimiento y tener una planeamiento oportuno y flexible.
Acceso a fuentes de referencia: Internet, artículos y libros de Psicología, Educación y Artes, la Biblia.


Si lo pensamos bien, los recursos materiales son una consecuencia natural de los primarios; siguiendo el ejemplo anterior, las teorías y metodologías para la educación del adulto mayor me ayudan a definir con más claridad, los materiales y el diseño del entorno de trabajo, el rol que sigo como facilitadora determina la necesidad de llevar un registro en expedientes, llevar un planeamiento ordenado y por escrito, la sabiduría me indica en cuáles fuentes buscar mi norte.