viernes, 22 de julio de 2016

EN ESTO PENSAR...

EN ESTO PENSAR...
Por María Antonieta Campos

Dedicado a todas las mujeres llenas de amor que bendicen mi vida

No le dedico ni un segundo de mis pensamientos a quien no se los merece. 
No pienso en nadie que no dé evidencias constantes y permanentes de querer hacerme feliz.
No pienso en quien se acerca para beneficiarse de mí o para competir conmigo.
Pienso sólo en corazones benignos.
Yo dedico el tiempo de mi mente a aquellos que me aman incondicionalmente.
Sólo a aquellos que me dan la mano y me ayudan a levantarme y que confían en la fuerza de mi mano y mi corazón para sostenerlos cuando den un paso en falso.
Me concentro sólo en relaciones de confianza, en las que se valoran y agradecen mis virtudes y en aquellas que enriquecen mi vida y la hacen placentera y llena de sentido.
No pienso en las presencias inconstantes, sólo en aquellas que aquí, allá y más allá se mantienen atentas a mí, amándome con prioridad, porque saben que así es como les amo.
Soy dueña de mis pensamientos y de mi corazón, por lo tanto soy dueña de mis relaciones y de mi felicidad.
Hoy yo decido en qué pensar; me comprometo con el ejercicio de crear nuevos y hermosos pensamientos en los que sólo esté presente la gente que me ama.

(Inspirado en Filipenses 4:8)

viernes, 1 de julio de 2016

Soy orquídea

Soy orquídea
Por María Antonieta Campos Badilla

Conversaba con un par de mujeres de hermoso corazón, de esas que impactan el mundo por donde pasan pero no son muy conscientes de ello. Las mujeres somos alegría para el mundo pero lo olvidamos con frecuencia. Tengo muchas amigas como ellas y me encanta sentarme a escucharlas porque son mi espejo. Cuando las mujeres hablan y me inspiran con el alto valor que le asignan a la construcción de un sentido profundo de vida, pienso que también yo impacto al mundo con mi presencia y no lo noto.
Conversábamos de tatuajes y pensé en una imagen que a mí me representaría. Dije: “una orquídea, porque yo soy mía”; al rato les dije “es que las orquídeas sólo son ellas mismas”. Así son, hermosas, silenciosas, muy quietas, en medio del bosque donde ocurren tantas cosas y ellas sólo están allí, observándolo todo con libertad absoluta, sin juicios hacia otros, sin necesidad de aceptación, en reposo y sin hacer esfuerzos para obtener nada, sólo son de ellas, sólo son.
El labio de una orquídea resalta su belleza y sirve a los insectos para reposar en ella mientras beben y las polinizan y sus cinco hermosos pétalos abrigan, dan sombra, protección y belleza sin saberlo. Su esencia es generosa, pero no porque ella haya sido creada para servir a nadie, sino porque ella es. Sin esfuerzos mayores, sólo su presencia cambia el entorno y vuelve las miradas hacia ella. Dichoso el que es sensible y la nota, porque su vida cambia por completo en el momento en que la ve. Pero eso, sólo eso, verla y disfrutarla porque la orquídea se pertenece sólo a ella misma.