viernes, 23 de mayo de 2014

Dejarse llevar por la corriente de vida eterna

Programa Manualidades y Arte para la Autoafirmación
TARDES DE MANUALIDADES Y CAFÉ
Décima segunda reunión: 23 de mayo de 2014

Dejarse Llevar por la Corriente de Vida Eterna

Por María Antonieta Campos Badilla

¿Qué es la fe? La Biblia dice que es "La certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve". Pero, ¿qué se espera?

La mayoría de las personas esperamos ser felices, ser amadas, estar saludables, tener todo lo necesario para satisfacer nuestras necesidades básicas y las de nuestra familias; quizás, tener un poco más para disfrutar de algunos gustos y placeres. Algunas personas desean tener pareja, tener hijos, viajar, un carro, una profesión, un mejor trabajo. Sobre todo queremos que las personas que amamos estén bien, que estén cerca, que sean felices. En fin, queremos una vida en constante desarrollo.

¿Puede la vida no implicar desarrollo? ¿Podemos dejar de crecer y estar mejor? Veamos los bosques, sus árboles viejos caen y donde dejan un espacio de luz crecen nuevas y mucho más diversas plantas y el bosque se desarrolla; y si en este hay un incendio las cenizas vuelan en el aire y llevan minerales que alimentan el plancton de los mares produciéndose más oxígeno para el planeta que en ninguna otra circunstancia. El planeta se desarrolla y crea nueva vida cada día.

La naturaleza es generosa, porque la mano de Dios es generosa también. Así pues, de cada circunstancia difícil que enfrentamos Dios nos da bendición que sobreabunda. La naturaleza y todo el universo están conectados en una corriente de vida y abundancia eternas, ríos de bendición que nos llevan a un precioso mar de cristal. 

Somos parte del todo viviente, el que se reproduce y renace, el todo de energías que se transforman y se renuevan una y otra vez en una danza eterna de luz y amor.

Con esta fe, podemos proclamar sobre nuestro futuro toda clase de bienestar, a nuestro presente podemos concebirlo con visión y con esperanza, y a nuestro pasado podemos hallarle sentido en la ruta hacia la libertad y la plenitud perfectas que estamos recorriendo. Así es como las palabras de Salomón cobran significado real: "Todo lo que fue, ya es; todo lo que ha de ser, ya pasó; y Dios restaura lo que pasó".

Cuando nos dejamos llevar por la corriente de la vida eterna, cuando descansamos en la perfecta voluntad de Dios y somos capaces de contemplar la vida como una serie de sucesos de bendición, cuando recibimos toda circunstancia con la alegría de quien recibe un regalo envuelto--un  regalo que ha sido dado con amor, entonces, logramos descansar y disfrutar; es entonces cuando nos damos cuenta de que el temor del futuro es una vana ilusión, una mentira que nubla nuestra visión eterna.

No hay ninguna voluntad maligna en Dios ni tampoco hay ningún mal deseo en la energía que mueve el universo, no hay nada impuro ni maligno que no haya sido vencido por el amor perfecto del Dios viviente.

Dios es amor, Dios es paz eterna, Dios es abundancia y benignidad, es santidad y es gozo. Dios es el perfecto, "el que todo lo llena en todo", "en él somos, vivimos y nos movemos". Nuevamente les digo, que si tenemos la capacidad de ver el todo, la eternidad, la magnificencia y la grandeza de su amor, nuestras experiencias temporales se vuelven pequeñas, aventuras breves que transforman nuestra vida para encaminarla a nuevas y mucho mejores circunstancias cada vez.

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