viernes, 19 de septiembre de 2014

Callar de Amor

Programa Manualidades y Arte para la Autoafirmación
TARDES DE MANUALIDADES Y CAFÉ
Vigésima primera y vigésima segunda reuniones: Guadalupe, 12 y 19 de setiembre de 2014

Callar de Amor
Por María Antonieta Campos Badilla





“Jehová está en medio de ti, poderoso…”

¿Qué significa poderoso? ¿Por qué hace referencia Dios a su poder dentro de nosotros? ¿Qué hace Él dentro de nosotros con su poder?

“…Él salvará;
Se gozará sobre ti con alegría,
Callará de amor,
Se regocijará sobre ti con cánticos”.
(Sofonías 3:17)

De este pasaje, mi frase preferida es “callará de amor”.

Sabemos con facilidad que el que ama ayuda, hace lo que sea para sacar al amado de su apuro y se alegra en todas sus alegrías, puede hasta bailar, gritar, reír y sonreír por amor aún cuando se le juzgue por “hacer el ridículo”. Pero el amor hace eso de una forma muy natural y satisfactoria.

En cambio, callar de amor es más difícil, menos natural para quienes acostumbramos a decir las verdades, y mucho menos satisfactorio la mayoría de las veces.

En I Juan 4:9 dice: “Amamos porque Él nos amó primero”.  ¿Es verdad? ¿Amamos como Él nos amó? Algunas veces, cuando digo algunas verdades muy ciertas, verdades irrefutables en mi mente, pero a pesar de su veracidad me duele el alma, recuerdo ese pasaje y pienso en tantas, tantas, tantas veces, en las que Dios ha hecho silencio ante mí o al respecto mí por amor, entonces pienso: “quizás no debí haber hablado”.

Algunas veces, no todas, pero algunas veces, la decisión de caminar una milla extra, en silencio, por amor, puede ser el único camino para nuestra paz personal. Casi siempre, cuando guardamos silencio por amor,  Dios acude a nosotros en reconocimiento absoluto de lo que es Su propia esencia; entonces nos tiende una mano, nos da una salida, “adereza mesa delante de nosotros en frente de nuestros angustiadores” (Salmos 23:5) , es decir, prepara las circunstancias para que entonces podamos hablar palabras asertivas, de amor y verdad, saludables, palabras que sirvan para liberar consolar y sanar como dice en  Isaías 50:4 y en Isaías 61: 1-4:

“Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios.”

“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;  a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones”.

Cuando nuestras palabras tienen este efecto sanador, entonces estamos hablando lo que debemos y cumpliendo con los principios cristianos que proclamamos.
Nunca es tarde, aunque las palabras que se dicen no se pueden borrar, muchas veces se pueden retomar y se pueden aclarar, otras veces simplemente se puede callar de amor y rectificar con los hechos. Si nuestras acciones son impulsadas por el amor y nuestro compromiso es tal que se nota el deseo de liberar, sanar y consolar al amado, entonces nuestras palabras pueden volver a tomar el curso correcto y cumplir el propósito para el cuál Dios no regaló el precioso don del Verbo.

Recuerda la promesa: “Jehová cumplirá su propósito en mí”. (Salmos 138:8)



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