lunes, 25 de noviembre de 2019

Entre la Psicología y las Terapias Energéticas y Espirituales

Hoy quiero contrastar las diferencias entre la naturaleza de la psicoterapia con la naturaleza de las terapias energéticas y la de las terapias espirituales. Estas tres formas de atención terapéutica tienen objetivos diferentes y cuando las personas que las buscan no tienen claro esos objetivos pueden verse limitadas en los alcances de sus procesos de sanación.

De manera sencilla, puede decirse que:


  1. Contamos con la psicoterapia para trabajar la conducta, las emociones, los pensamientos y la historia 
  2. Acudimos a terapias energéticas para promover el equilibrio energético y su bienestar físico e integral.
  3. Y disponemos de las terapias espirituales para sanar el sentido de vida y trascendencia desde la conexión con Dios y con el amor.


Ahora veamos con más detalle qué se hace con cada una de ellas:

En su definición más simple, la psicología es la ciencia que estudia los procesos mentales, las sensaciones, las percepciones y el comportamiento del ser humano, en relación con todo aquello que le rodea. Y la psicoterapia es una de las aplicaciones de la psicología, que tiende a desarrollarse a través de conversaciones o actividades, en donde se planean preguntas estratégias para que las personas atendidas sanen sus pensamientos, emociones y conductas sobre lo que les ocurre actualmente o sobre lo que ha ocurrido en su historia de vida.

En otras palabras, los profesionales en psicología lanzan las preguntas fundamentales sobre cómo percibimos, cómo interpretamos y cómo explicamos lo que ocurre tanto adentro como afuera de nosotros, y también sobre las reacciones emocionales y conductuales que tenemos cada vez que hacemos este procesamiento mental. Luego nos preguntan la funcionalidad de estas reacciones en nuestras vidas, ¿cuál ha sido el resultado de ellas? y si ¿nos han beneficiado o no? Y también hacen preguntas sobre el impacto de nuestras conductas sobre el medio que nos rodea, ¿qué tan positiva es nuestra relación con nuestro medio?

Después de hacer las preguntas, los científicos de la psicología plantean las posibles explicaciones (hacen hipótesis) y verifican con métodos científicos la veracidad de las mismas. Si estos psicólogos son teóricos o académicos probablemente escribirán estas explicaciones genéricas en forma de teorías; y estas explicaciones constituirán los diferentes paradigmas que explican el funcionamiento psicológico de las personas en situaciones semejantes. Con esto se enriquece el bagaje de información universal sobre la psique humana.

Pero si hablamos profesionales que se dedican a la psicoterapia, estos se reservarán muchas de sus interpretaciones y, en vez de decirle a usted “por qué se encuentra en su condición actual” y “qué debe hacer”, se basarán en las teorías psicológicas para hacerle a usted preguntas que le ayuden a llegar a sus propias conclusiones. Este es un proceso de cambio más lento pero más profundo que el de un espacio de consejería porque no le van a decir qué hacer, sino que le van a motivar a que usted tome decisiones sobre su propia vida. La lentitud de este proceso tiene una razón fundamental de ser: Las teorías explican lo que le pasa a una mayoría de personas en situaciones semejantes; pero no explican todos los detalles de una vida particular. La vida de cada persona es única y compleja, y merece se construída y desarrollada con libre albedrío y una fuerte convicción personal.

Ir al psicólogo no es igual que conversar con una buena amistad. Los consejos que dan las personas bondadosas pueden ser útiles y es por eso que hay quienes en una conversación amistosa resuelven algunas cosas; pero las explicaciones profundas de la propia historia a veces requieren más análisis, y hacer el esfuerzo de contestar a las preguntas de un psicoterapeuta puede ayudar a construir con mayor claridad la propia explicación de una experiencia compleja y, es sólo a partir de allí que pueden tomar decisiones para una mejoría permanente.

Los niños y niñas dicen, con frecuencia, que los(las) psicólogos(as) son personas que ayudan y hacen muchas preguntas. Y es cierto, su tarea es preguntar, pero no cualquier clase de preguntas; preguntas con fundamento científico y propósitos terapéuticos.

Las preguntas psicoterpéuticas, generalmente se enfocan en las experiencias pasadas (recientes o de mucho tiempo atrás) o en experiencias actuales que generan inquietud en las personas: Una experiencia que se tuvo en el pasado, y que fue interpretada de determinada manera, puede haber provocado una serie de decisiones y consecuencias que la llevaron a la condición de vida actual y a la forma en la que esta persona interpreta ahora su mundo.

Entonces, reinterpretar esas situaciones pasadas puede provocar un cambio positivo en el presente. Independientemente, de que el psicoterapeuta le pregunte sobre sus emociones o sus pensamientos, sobre su conducta o su voluntad, sobre su interpretación de la vida, sobre sus relaciones y la afectividad involucrada o sobre sus conductas y la funcionalidad de estas en su vida; la realidad es que siempre, en psicoterapia le estarán preguntando sobre algo de su historia de vida, con el propósito de entender y mejorar algo en su presente y con beneficios posibles para su futuro.

Yo soy psicóloga y todo esto lo he encontrado maravillosamente bueno para las personas; les he visto mejorar y satisfacerse mucho más en sus vidas a partir de estas comprensiones y cambios realizados con consciencia personal; les he visto salir de depresiones, superar ataques de pánico, controlar su estrés, resolver traumas pasados, desarrollar habilidades, fortalecer su autoestima, etc.

¿Cuál es la diferencia, entonces, entre esto llamado psicoterapia y otras terapias alternativas, energéticas o espirituales?

Como lo expuse al principio: es el “objeto de intervención” es distinto, o en palabras más sencillas: las razones y los objetivos de las terapias son diferentes.

Hablo con claro conocimiento porque así como estudié psicología y la practico desde hace 20 años, también he estudiado y trabajado con terapias energéticas y espirituales. 

Las terapias energéticas trabajan con las energías que fluyen y afectan el funcionamiento del cuerpo y las emociones. Estas terapias trabajan con la energía que fluye por los chacras de las personas y los meridianos que les alimentan; esos chacras y meridianos de los que se habla en oriente. Y como los chacras no se ven y es muy difícil medir estas energías, los científicos de occidente muestran mucho recelo sobre estas terapias. Pero cada vez es mayor la aceptación que hay acá sobre el trabajo energético-terapéutico, porque poco a poco se van documentando sus buenos resultados.

Así, son cada vez más las personas que van a terapias de acupuntura, biomagnetismo, digitopuntura, esencias florales, etc. Y si bien para el positivismo occidental hace falta más información basada en evidencias, la realidad es que ya se han documentado bastante y, además, quien se acueste en la camilla de un buen acupunturista notará que en menos de 15 minutos saldrá relajado, y son los mismos pacientes los que han ido dando fe de sus sanaciones.

Las terapias energéticas sanan el cuerpo, muchas veces por sí solas, otras veces en colaboración de otras terapias (médicas, farmacológicas, homeopáticas, fisioterapéuticas y de muchos tipos), y cada quien tiene dentro de sí una convicción muy poderosa sobre cuál es la combinación de terapias que le puede servir para los propósitos de su alma.

En cuanto a las emociones, he visto que las terapias energéticas ayudan a las personas a encontrar y definir rápidamente qué es lo que sienten y de dónde vienen esas emociones, y esto es una gran herramienta para encontrar información que combinada con una una terapia psicológica posterior pueda servir.

Y las terapias energéticas les proveen de un alivio emocional importante a las personas, las relajan muy bien cuando se aplican bien. Pero este alivio podría ser temporal si la persona no se da el tiempo para hacerse las preguntas importantes y resolverlas, y que las respuestas que encuentre le ayuden a desarrollar comprensiones de vida y a hacer cambios en sus patrones de pensamiento y actuación actuales. Es por esto que combinar estas terapias energéticas con un proceso de psicoterapia puede ser muy beneficioso para las personas que buscan cambios profundos y permanentes.

Por su lado, las terapias espirituales trabajan también con la energía, pero más con los principios universales que dan sentido a la existencia y a la espiritualidad. Entonces, estas terapias se centran en ayudar a las personas a encontrar respuestas al ¿por qué se vive?, ¿de dónde se viene?, ¿qué es la divinidad?, ¿cómo se manifiesta lo divino en lo material?, ¿qué de lo divino opera en las personas y cómo lo hace?, ¿cuál es el propósito divino de lo que se vive según la esencia divina que hay en cada ser?, y ¿cuáles son los principios divinos que pueden sostener la existencia en equilibrio sano?

Algunas terapias espirituales trabajan con la idea de que existen muchas vidas pasadas por resolver y otras sólo se enfocan en su experiencia de vida actual; pero todas estas terapias se centran en la importancia de trascender, a través del perdón y del amor, y volver a conectarse con lo Divino. ¿Quién perdona? Unos creen que un Dios externo, otros creen que un Dios interno y otros creen que el perdón debe pedirse y otorgarse a la vez (yo pienso que el perdón viene de todos los lados afectados y va hacia todos los lugares a los que tiene que ir). Lo cierto es, que no he visto mayor paz en las personas que la que tienen aquellas personas que logran perdonar y dejar ir; y más aún cuando logran perdonarse o recibir el perdón divino, según su fe. Yo aprendí esto del perdón de la mano de Jesús, sanando mi propia vida desde mi niñez; y lo bueno que he recibido de él es lo que yo puedo compartir.

El amor, la gracia, el perdón, el agradecimiento, la generosidad, la unión… estos son los principios que sanan al espíritu o esencia del ser; y cuando el espíritu está sano todo lo demás, poco a poco empieza a manifestar esta sanidad, incluso lo material. Entonces, si la espiritualidad es tan poderosa y toca lo eterno, ¿por qué acudir a terapias desde la psicología? Pues porque somos seres materiales, inmersos en un espacio y tiempo específicos, interactuando con otros en relaciones sociales, con múltiples voluntades, emociones y pensamientos involucrados y encadenados en patrones de conducta que repetimos una y otra vez, hasta que somos capaces de cuestionarnos, de hacernos las preguntas psicológicamente correctas, para comprender y cambiar.

La psicología de hecho, podría ayudarle a hacerse las preguntas que le permitan comprender su situación, reconocer y validar sus emociones y tomar decisiones de autoprotección que son muy necesarias antes de poder perdonar en una terapia espiritual. O podría ser al revés, que al haber perdonado y sanado algo del mundo espiritual, ahora usted quiera hacer una reconstrucción de su proyecto y estilo de vida, sobre todo de los hábitos que le podrían poner en riesgo de nuevas heridas; y para eso la psicología es lo más directo que hay.

De hecho las terapias se pueden combinar. Con la terapia energética y espiritual usted encuentra y define sus emociones fácilmente, y utiliza los principios universales para sanar a su espíritu y trascender a lo Divino; desde allí, según la fe, su ser eterno ha mejorado ampliamente y poco a poco eso se va a ir manifestando en lo material (algunas cosas en esta vida y algunas más allá); pero a su yo, a su ego, a su ser psicológico, al que tiene la voluntad, los pensamientos, las emociones y las conductas de su día a día actual, le ayuda de manera mucho más directa y clara la psicoterapia, esta le servirá muchísimo para ejecutar cambios para su beneficio en este momento y en este lugar. Para lo que se manifiesta en lo material la ciencia tiene su lugar.

He de decir que visto grandes científicos manifestando su desprecio hacia los beneficios de la fe, y he visto como estos se pierden de grandes alegrías; pero, tristemente, he visto muchos más creyentes de la espiritualidad haciendo grandes esfuerzos por sanar su vida solo desde lo espiritual y perdiéndose el gran beneficio de las ciencias que fueron diseñadas en el mundo material, para sanar lo material, y el beneficio de la psicología que nació y se desarrolló para sanar la voluntad, el pensar y el actuar. También lamento que la mayoría de terapeutas que conozco (científicos o creyentes), proclaman tener una única respuesta definitiva. La única verdad es que somos seres integrales, y sólo atendiéndolo todo vamos a recibir los beneficios de todo.

Me despido con este verso bíblico, por si alguien le sirve, igual que a mí:
Examinadlo todo; retened lo bueno.
Absteneos de toda especie de mal.
1 Tesalonicenses 5:21-22  (RVR1960)




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