lunes, 7 de octubre de 2019

Nuevos Comienzos para Mi Trabajo Terapéutico


La Oferta de Servicios de Psique&Salud

Después de un largo período de autoconocimiento y transformación; hoy tengo más claro quién soy, qué me gusta hacer y cómo quiero hacerlo. También tengo claro que estos tres saberes son un lujo y muchas personas no los llegan a alcanzar. Además, sé que los talentos para realizar las tareas que sueño son un regalo y no mérito propio, de eso se trata la gracia; y la humildad consiste en reconocer que no todo lo que alcanzamos es producto de nuestro esfuerzo y, por lo tanto, hay que agradecer y compartir. Por eso comparto este texto con ustedes, quizás a algunos les anime en su propio proceso de transformación de su oferta laborar al mundo. Este es mi nuevo comenzar:
Poco a poco voy integrando mis talentos en unas pocas tareas de mi predilección en vez de dispersarlas, tanto en diversidad como en horarios y lugares de trabajo.
Yo soy licenciada en Psicología, doctora en Educación, tengo una especialidad en Educación No Formal, diversos cursos de arte con excelentes maestros y una amplia formación en temas de espiritualidad.
Lo que siempre he hecho es acompañar a las personas para que puedan planificar su vida de manera exitosa, aprender y vivir funcionalmente. Pero lo hacía de forma dispersa: Trabajaba como consultora de universidades, como docente, como psicóloga educativa, como psicoterapeuta, como consejera espiritual, como bloguera, como artista, etc. Y de tanto y tanto hacer por aquí y por allá, creo que había abarcado poco y que tampoco había podido disfrutar cada una de esas tareas en su plenitud. En un momento me sentí cansada y sin un rumbo claro que seguir; así que me detuve a contemplar la vida, como el hámster de las entradas recientes de este blog.
Pensé mucho en quién soy y en lo que me gusta hacer, en que mi tiempo en esta vida es limitado y que me vale más empezar a hacer lo que disfruto de una vez. Es por esto que he decidido dedicarme a dar terapia y a hacer arte-terapia y terapia de juego; es más, decidí dar terapia haciendo arte y jugando a la vez, y con esto también cumplo mi tarea formativa para quien la quiera en el mundo.
Pero yo no trabajo con la tradicional arte-terapia que desde hace un tiempo certifican en programas de educación formal y no formal; no, yo he creado mi propio acercamiento entre la psicología, la educación, el arte y el juego, un acercamiento desde quien soy yo y desde lo que creo que puedo hacer con preparación por mis estudios previos.
De esto se trata: ¿Han visto que para hacer un proyecto de vida o un proyecto de trabajo ahora hay protocolos muy estructurados que solicitan la definición de objetivos, metas, actividades desglosadas en pasos, recursos, responsables… y demás detalles escritos, hasta llegar a la delimitación de los productos entregables en cada etapa de trabajo del proyecto? Esta forma de hacer concretos nuestros planes es posible a través de la palabra escrita y estructurada.  De hecho, en el mundo competitivo de hoy, se necesita conocer esta forma de planificación para ser considerada una profesional “respetable”. Y hasta hace algunos meses, este método de proyección futura resultaba de fácil dominio para mí, pero no me parecía placentera.
En general, soy buena en eso de definir objetivos y mantenerlos en mente hasta terminar una tarea con éxito; pero mi trabajo en terapia y en educación generalmente se desarrolla con personas que no logran definir tan claramente sus objetivos y, si lo logran, se les olvidan rápidamente una vez que empiezan a desarrollar las tareas. En cambio, cada vez que yo me valgo de dibujos, gráficos e ilustraciones visuales para apoyar a estas personas, o de juegos con pasos a seguir que se asocian a la diversión, al deleite y a emociones positivas, ellas logran mantener sus objetivos en mente y terminar las tareas que se proponen. Y si ellas son las que hacen sus propias creaciones, no hay quien las detenga.
Por otro lado, cada vez que en mi vida personal yo he tenido que hacer un cambio de hábitos muy importante; sólo lo he logrado cuando tengo a la mano recursos sensoriales y experiencias creativas que acompañen mi proceso de planificación de cambios en la rutina diaria. Así que empecé a sospechar que el cambio de la propia vida o la ejecución de los proyectos grandes de nuestra vida, no tenía éxito tanto por el orden de la planificación sino por la visualización de sus detalles ya sea a través de la palabra o de la imagen.
Para reforzar esta idea, hace algunos meses comencé a estudiar en un programa de Terapias Espirituales (y muchos psicólogos académicos podrían cuestionar qué es eso; y yo respondería que No es psicoterapia) y este resulta ser un programa no académico y mucho más intuitivo que el de psicología (y que no compite con ella en ningún sentido; tienen objetos de estudio distintos, y a mí, siempre me ha interesado saber tanto de la psique como del espíritu). En fin, en ese programa no se analiza la existencia desde lo racional (como sí suelo hacerlo desde la psicología); sino que se siente, se percibe, se intuye y, a través del amor, el espíritu sana. Entonces, la psicología analiza la existencia para que la psique se desarrolle plenamente y la espiritualidad ama para que se desarrolle la esencia del ser. Y bueno, en esta escuela particular, el camino de amor que seguimos es el de Cristo.
Y de manera aplicada a mi trabajo, como psicóloga una hace el análisis del proceso que se necesita seguir para alcanzar una meta y que la vida de una persona sea funcional y exitosa; en cambio desde el estudio de la espiritualidad una intuye el camino y lo sigue desde el amor. En el primer proceso yo no encontraba tanto placer como en el segundo, aunque sí es muy útil; y en el segundo me arriesgaba a encontrar puntos de confusión importantes por falta de un orden lógico a seguir. La razón de esto es que las dos disciplinas trabajan en áreas que se complementan entre sí. Los seres humanos no estamos disgregados, nuestro espíritu y alma, nuestra mente y cuerpo, son partes de un solo ser integrado.
Y puedo decir que los análisis psicológicos para mí han sido útiles e indispensables para alcanzar mis metas (o para que aquellos con quienes trabajo alcancen las suyas); y también puedo decir que la espiritualidad ha sido mi motor y mi fuerza y la de quienes me rodean. Así que no he podido dejar de lado ninguno de los dos caminos (de los dos conocimientos) y lo mejor que se me ha ocurrido es unirlos sin irrespetar la ética profesional desde la que trabajo.
Ahora brindo cuatro servicios terapéuticos:
·         Psicoterapia Cognitivo-Conductual (para quienes no quieren trabajar el área espiritual).
·         Psicoterapia acompañada de meditación con Jesús (así la llamo yo) y terapias alternativas, para sanar el alma.
·         Psicoterapia y Arte Intencionado, así como arte-terapia con Hilos y tejidos para fortalecer lo socio-afectivo.
       Terapia de Juego para sanar el trauma.
Vale mencionar que para los psicólogos cognitivo-conductuales más tradicionales, los tres últimos tipos de terapia generan un alto nivel de recelo; cuando mucho podrían ser terapias más aceptadas por psicólogos de corte humanista. Pero lo cierto, es que son terapias que han integrado conocimientos de otras disciplinas porque el ser humano también integra otras áreas que le dan significado a su vida como la intuición y la espiritualidad. Y yo en mi vida personal, amé la psicología cognitivo-conductual al tiempo que me formé en otros campos de interés. Mi proceso reflexivo me ha hecho ofrecer lo que tengo para dar.
En otro escrito voy a describir con más especificidad en qué consiste cada una de estas terapias; pero ahora me interesa contarles, cuál es la esencia que acompaña a los nuevos servicios y cómo esta se relaciona con mi cambio personal:
Yo trabajo para el bienestar integral de las personas, interviniendo en los asuntos que afectan la psique humana. Mi nueva oferta de servicios nace de mi propia transformación y NO ofrece un credo religioso ni mi propia fe espiritual, pero SÍ le permite a las personas que atiendo evocar su propia fe y alimentar con ella su voluntad de cambio. Lo que se ofrece en estas terapias es la oportunidad de dejar que su espíritu intuitivo participe en el proceso de planificación de su vida.
Entonces, en la misma terapia se unen cuatro tareas: (1 y 2) la intuición  y el análisis para la definición de nuevos objetivos y metas de vida a partir de su necesidad, (3) la delimitación a través de la palabra y de la imagen del proceso para alcanzar dichas metas, y (4) el amor que es requerido.
Nótese que sí hay análisis, sí hay raciocinio, pero también hay lugar para la intuición y para la expresión icónica de las ideas.
Este es el lugar del arte en mis terapias: Dije antes que se puede hacer análisis de las realidades y planear cambios desde la palabra o desde la imagen. ¿Qué tal si en vez de escribir los objetivos hacemos un dibujo de lo que queremos lograr y este dibujo nos compromete profundamente con la definición de los detalles de ese cambio? ¿Qué tal si a la acción de dibujar le incorporamos la capacidad de sentir y definir las emociones presentes para poder manejarlas mejor en el camino, y que se conviertan en nuestra fuerza y no en un obstáculo generador de estrés? ¿Será que los colores, las formas, las intenciones y las emociones de esa experiencia se quedan más grabadas en nuestra mente que un objetivo escrito en prosa? ¿Y si los ejercicios de meditación de los estudios espirituales impulsan con más fuerza la voluntad de quien planifica en la psicología para lograr sus metas? ¿Y si se puede meditar haciendo arte? ¿Y se aprende a analizar lo que la intuición nos regala para tomar decisiones funcionales? ¿Qué tal si la imagen nos permite diferenciar con más claridad la racionalidad de la irracionalidad, lo funcional de lo destructivo?
Ya hay hartos estudios de cómo los movimientos oculares intencionados pueden ayudar a una persona a programar su voluntad para superar fobias; y hay mucha investigación que hablan de los beneficios de la relajación para la psique humana y métodos que enseñan a utilizar el arte como una experiencia de relajación y cambio. También hay estudios desde la Educación que refuerzan la importancia de asociar experiencias y emociones positivas para lograr aprendizajes a largo plazo. ¿No sería mucho mayor el impacto para el cambio de una persona, si las experiencias, emociones, estados de relajación y movimientos oculares estuvieran mediados por técnicas de sanación espiritual a través del amor creativo en el arte y, por qué no, con el juego?
En mi vida personal sí he logrado tener mucho mejores resultados cuando medito y hago arte antes de tomar una decisión. Es un proceso sencillo y de resultados profundos: El primer paso es preguntar lo que necesito saber a mi Fuente de Sabiduría Espiritual (cada quién tiene que preguntar según su fe), el segundo paso es soltar la pregunta, el tercero es crear la información que viene en amor intuitivo y plasmarlo en imágenes a través del arte, y el cuarto paso es organizar la mente a partir de la aclaración de las propias ideas; aclaro que se trata de rescatar las ideas vienen de adentro y no de un acompañamiento externo (ni psicológico ni religioso). Estos pasos ayudan a las personas a tomar decisiones basadas en su propia convicción y sabiduría interna. La intuición y relajación que permite el arte les ayuda a evocar su propia sabiduría para analizar su vida de manera más racional. Al final, puede ser la imagen resultante la que les dé la respuesta que buscan, o más bien, que descubran que la respuesta que tenían dentro de sí produjo la imagen resultante y les permite aclarar sus planes futuros.
¿Y si la imagen ya tiene la respuesta para qué se necesita al psicólogo? Pues no siempre se necesita, pero sí es muy útil, primero porque definir la pregunta inicial de los ejercicios no es tan fácil y es fundamental para tomar las decisiones adecuadas (el psicólogo ayuda a construir las preguntas exactas), y segundo porque este tiene las estrategias para orientar el análisis de cómo se integra esto a la historia de vida personal, de forma racional y funcional, y estrategias de autocontrol y manejo emocional que ayudan a contenernos ante los nuevos descubrimientos que no resultan tan placenteros o satisfactorios. La psicología y la espiritualidad se apoyan.
Mi vida, desde que me permito tales prácticas ha resultado mucho más placentera y mucho más funcional. Así que decidí integrar mis nuevos métodos a la psicoterapia, y a los procesos en los que trabajo con educación no formal; concluí que la espiritualidad en el arte alimentan los procesos de sanación de la psique y el alma e integré algunas metodologías que ayudan a las personas a sanar y planear una vida satisfactoria: evocando la información necesaria desde la intuición, analizando desde la razón y sanando desde el amor.


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