viernes, 28 de agosto de 2015

Conectarse con los Sentidos, II Parte: Sentir la Piel, Sentir tu Entorno

Programa Manualidades y Arte para la Autoafirmación
TARDES DE MANUALIDADES Y CAFÉ
28 de agosto de 2015

CONECTARSE CON LOS SENTIDOS

II PARTE
Sentir la Piel, Sentir tu Entorno

¿Quieres ser consciente de los mensajes que tu cuerpo te da? ¿Quieres en verdad prestar atención a lo que dice tu cuerpo?

Sé que escuchas lo que dices, que observas lo que haces, que prestas especial atención a tus posturas, que no te gusta incomodarte sentándote en sillas que te causan dolor, que evitas el frío o el exceso de calor.

Ahora bien, ¿con cuanta frecuencia te dedicas a sentir tu piel? Te propongo un ejercicio:

1.       Siente tu piel  ahora mismo, respira despacio y enfócate en ella. ¿Cómo está? Está cómoda, suave, humectada, cómo está su temperatura, ¿le gusta a tu piel el contacto con tu entorno?, ¿se siente protegida o vulnerable?, ¿se siente libre o aprisionada?
2.       Respira despacio y siente tu piel. Ámala, dedícale un rato; ¡tu piel es un regalo!, es tan suave y noble como los pétalos de un lirio.
3.       Regálate por un momento, una caricia; un abrazo. Si puedes y quieres, saca un momento para humectar con crema las partes de tu piel más resecas. Abrígate si tienes frío, cámbiate la ropa por algo más cómodo si tienes la posibilidad de hacerlo.
4.       Quédate quieto(a) por sólo un momento, y enfoca tu atención amorosa en cada pedacito de piel. Respira despacio y disfruta este pequeño tiempo de contacto contigo mismo(a).
5.       Ahora que eres consciente de tu piel, comienza a disfrutar con ella de tu entorno. ¿Sientes la silla donde estás sentado?, ¿sientes el lugar donde reposan tus manos? ¿Cómo son?
6.       Comienza a encontrar y a diferenciar las sensaciones cálidas de las frías, las ásperas de las lisas, las suaves y flexibles de las rígidas y duras. ¿Dónde está cada una de esas sensaciones? Es tu piel la que te permite saberlo.
7.       Cierra los ojos, respira despacio y trata de sentir de una sola vez todas esas sensaciones de los objetos que están a tu alrededor, aún el aire tiene una temperatura, una humedad y una densidad que puedes sentir. ¡Siéntelo todo!
8.       Siente cada parte de tu piel en contacto con tu entorno, y al mismo tiempo trata de sentir tu piel envolviendo y conteniendo tu cuerpo con ternura. Ahí, donde tu piel delimita tu cuerpo, ahí empieza el viaje a la inmensidad de tu universo interno.

“Mirad cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. 
Sin embargo, os digo que ni aun el rey Salomón,
con todo su lujo, se vestía como uno de ellos”.

Lucas 12:28-29

martes, 25 de agosto de 2015

Conectarse con los Sentidos, I Parte: Escuchar el Silencio

Programa Manualidades y Arte para la Autoafirmación
TARDES DE MANUALIDADES Y CAFÉ
26 de agosto de 2015

TALLER: CONECTARSE CON LOS SENTIDOS

I PARTE

Escuchar el Silencio

La imposibilidad de tolerar el silencio es una de las dificultades más comunes para las personas con problemas de ansiedad. La mayoría de personas que le dan mucha importancia a la efectividad y que manejan altos nivel de estrés necesitan estar escuchando algo: su propia voz, la radio, la televisión, el barullo de las masas, cualquier cosa. El silencio y la quietud les desespera.

A muchas personas el silencio las obliga a escuchar sus propios pensamientos, y si su estilo cognitivo es el típico que recuerda todas las preocupaciones y riesgos posibles, entonces, es comprensible que las personas no deseen escuchar su voz interior. Esta se ha convertido en una voz engañosa: “Yo debería de…, ellos tendrían que…, y si tal cosa no sucede entonces podría pasar tal otra…” Los típicos pensamientos que evalúan negativamente a las personas y a las situaciones, pero que no les proveen una visión objetiva: “Yo preferiría…, a ellos les convendría…, existen muchas posibilidades, hay una gran variedad de oportunidades…”

En los procesos de terapia cognitivo-conductuales, las personas trabajan para cambiar sus pensamientos, flexibilizarse y aprender a ver el mundo con una amplia gama de interpretaciones más racionales.  Pero mientras estos estilos se modifican las personas necesitan urgentemente sentir que sus niveles de activación disminuyen; esto es, simplemente, relajarse para sentirse mejor.

Generalmente, estas terapias incluyen, además de los ejercicios de reestructuración cognitiva, entrenamientos en ejercicios de relajación y modificaciones en la rutina de manera que se incluyan tiempos cotidianos de reposo, quietud y contacto con las sensaciones internas.

Algunas personas tienden a abandonar sus procesos de terapia cuando sienten que no logran relajarse, y que ese tiempo de silencio los conduce a “pensar más”, preocuparse más y ponerse más ansiosos. Lamen
tablemente, estas personas pueden haber abandonado sus procesos sin saber qué fue lo que no funcionó y pueden haber perdido una oportunidad muy valiosa para comprender cómo están funcionando sus pensamientos y sus emociones. Comunicar al terapeuta lo que ocurre es importante para encontrar soluciones y alternativas.

Por otro lado, cuando el terapeuta ha logrado establecer un vínculo de mucha confianza con las personas que atiende, y si estas tienen una buena disposición a comunicarse para mejorar, entonces es común escuchar las frases: “no lo logro”, “no soporto el silencio”, “mejor conversemos”, “me da miedo cuando se apaga la televisión y la radio, cuando todos se callan y no hay nada que escuchar”.
Es importante revisar un concepto sencillo antes de iniciar un proceso de entrenamiento en relación. ¿Qué es y qué no es permanecer en silencio?

Permanecer en silencio no significa dejar de escuchar, ¡todo lo contrario!, permanecer en silencio es dejar de hablar (en voz alta y en nuestros pensamientos también), y enfocar nuestra atención en lo que ocurre alrededor; es enfocar nuestra atención en la gran variedad de sonidos de nuestro entorno y buscar activamente hasta descubrir los sonidos más lejanos y los más tenues cercanos: El viento, un grillo, el canto de un ave o el ladrido de un perro a lo lejos, el revoloteo de una palomilla, el sonido de tu propia respiración o el latir de nuestro corazón.

Disfrutar el silencio es, entonces, un proceso de escucha activo, que requiere simplemente la quietud de nuestro cuerpo para no estorbar nuestra propia búsqueda de información en el entorno, o en nuestro interior.

Si quieres iniciar un estilo de vida en el que te sientas capaz de controlar el nivel de activación (estrés) de tu propio cuerpo; te recomiendo realizar el siguiente ejercicio diariamente:

Sólo por cinco minutos apaga el radio, la televisión, tu teléfono; sólo por cinco minutos calla, respira despacio y enfócate en escuchar todo lo que puedas. Escucha lo más lejano; escucha lo más cercano y pequeño, escuchar tu propia respiración y escucha tu cuerpo.


El profeta Elías no encontró a Dios en el viento fuerte, ni en el terremoto, ni en el fuego; lo encontró en un viento “apacible y delicado”. (I Reyes 19:11 y 12)

domingo, 23 de agosto de 2015

Para poder Reposar

Psique&Salud
Educación para la Vida

TARDES DE MANUALIDADES Y CAFÉ
Guadalupe, 19 de agosto de 2014

Para poder Reposar
Por María Antonieta Campos

De todas las actividades que se hacen en los procesos terapéuticos, una de las que más dificultades parecen implicar para las personas que quieren mejorar sus estilos de vida, es la práctica cotidiana la relajación.

En la sesión de terapia, bajo la conducción del terapeuta lo hacen muy bien. Primero porque hay una voz externa que les va diciendo qué hacer y esto representa que el control de la situación es externo y por lo tanto no depende sólo de la fuerza de voluntad de quien está aprendiendo.  Luego porque hay un momento y un espacio bien estructurados para realizar el ejercicio; en este espacio se supone que sólo esto se puede hacer, para eso se sacó la cita.  Además, este espacio implica la posibilidad de garantizar privacidad total; nadie interrumpe abruptamente una sesión de terapia.  Y, finalmente, en la sesión de terapia hay seguridad garantizada; si por alguna casualidad sucede que en el ejercicio, al relajarse la persona, deja un poco de lado sus “defensas personales” y, en consecuencia, surgen inesperadamente algunas emociones, se sabe que el terapeuta está allí para ayudar.

Pero, ¿qué pasa en el hogar, cuando la persona debe relajarse por sus propios medios? Usualmente las personas encuentran difícil encontrar un espacio igualmente privado y un momento en el que nadie interrumpa; por lo general, las personas no quieren dar explicaciones a otros de qué es lo que se está haciendo.  Además, si cuentan con un estilo de vida que les permita reservar un lugar con suficiente privacidad, no siempre tienen una rutina que les permita apartar el momento. Si lo tuvieran, algunas personas pueden no recordar los pasos a seguir, aunque cuando ya se ha practicado varias veces en la terapia, es más fácil lograrlo en el hogar. Y entre las excusas más frecuentes que he escuchado están las frases: “no puedo estar quieto(a) y no puedo reposar”, y “me genera demasiada ansiedad”.

Estas últimas denotan claramente una carencia en las habilidades de autocontrol; y no es de extrañar, probablemente por ello es que se asiste a una terapia que implica el entrenamiento en técnicas de relajación.

Entre los factores que más generan ansiedad suelen encontrarse el silencio y la quietud.

En un mundo en el que desde antes de nacer se promueve la “estimulación constante”, nos acostumbramos al ruido, a la luz, al movimiento, a la interacción, a la manipulación de objetos.  Las imágenes y el sonido llegan a nosotros desde pequeños sin tener que hacer esfuerzos para buscar la información que sea de mayor interés. La televisión cambia sus escenas vertiginosamente, la internet está diseñada con cientos de botones con información disponible en una misma pantalla y estos están pensados para permanecer allí sólo unos segundos, las carreteras están llenas de vallas publicitarias, las calles están llenas de rótulos con más información de la que nuestros cerebros pueden procesar, y las tiendas tienen millones de ofertas de objetos que podemos manipular, comprar y tener a nuestro alcance, sea que los ocupemos o no.

Las escuelas han sido rediseñadas para enseñar con múltiples estímulos, los libros son mejor cotizados cuando ofrecen abundante información que cuando promueven el desarrollo de habilidades por medio del trabajo manual. Ser competitivo ha sido asociado con la palabra “multitasking” queriendo con ello significar erróneamente que se puede manejar una gran cantidad y variedad de información a la vez.  Así, quien se diga a sí mismo “multitasking” es más “competitivo”, quien sea más “competitivo” será considerado a su vez más “competente”.  Y sin embargo, la realidad es que ninguno de estos conceptos suele ser utilizado correctamente.

Lo que la sociedad prefiere en realidad es contar con personas capaces de resolver problemas con eficiencia. ¿Quién puede resolver problemas con eficiencia? Quien se puede concentrar en ellos, quien logra enfocarse en una tarea y utiliza todos los recursos que tiene para resolver esa tarea.
Enfocarse implica resolver una tarea a la vez; pero esto es precisamente lo que el estilo de estimulación feroz de nuestra sociedad tecnológica y global no promueve.

Cuando por alguna razón tenemos un destello de consciencia que nos dice que tenemos que estar quietos por un momento, que la quietud es necesaria para recuperarnos porque estamos cansados, abrumados, desconcentrados, estresados o sin esperanza, entonces pensamos en reposar.  Pero nuestro cerebro entonces parece no saber qué hacer con la quietud.

El cuerpo sabe estar quieto, porque le enseñamos a sentarse por horas desde que entramos al preescolar. Pero la mente no sabe; le hemos dicho que si quiere sobrevivir debe pensar, que si quiere tener éxito debe buscar información.  Buscar, clasificar, comparar, repetir, armar…  ¿Buscar qué? Buscar datos, cosas, y trabajar con ellos, los datos que nos provee la sociedad de consumo. Hacer, hacer, hacer… hacer cosas para consumir, hacer cosas.

Pero ya llegamos al punto en que descubrimos que tenemos que estar quietos; ya llegamos a ese punto en que ni siquiera por la noche nuestra mente se aquieta y tenemos que recurrir a alguna pastilla (aunque sea de homeopatía) para dormir.

¿Qué hacer cuando ni siquiera el entrenamiento de relajación que nos ha dado el psicólogo logramos aplicar en casa?

Este es el ejercicio que requiere menor fuerza de voluntad de todos los que conozco, esta es la orden que debemos programar en nuestro cerebro, este es el dato que debemos pedirle que busque: Debe realizar un nuevo trabajo, debe ser eficiente en él, debe concentrarse en una actividad en la que nunca se ha concentrado.  Su trabajo será uno que requiere tremenda valentía, si usted está convencido de que la vida es un esfuerzo, “que hay que ganársela”, que hay que trabajar duro, que hay que ser efectivo, entonces le recomiendo que trabaje en esto. Busque el siguiente dato, concéntrese en esto: Su respiración.

Instrucciones para Reposar

25 respiraciones al día.
El tiempo que tome inhalar y exhalar despacio tan sólo 25 veces,
25 veces sintiendo cómo tus pulmones se expanden y  luego cómo el aire sale naturalmente,
25 veces escuchando el sonido de tu propia respiración,
25 esfuerzos conscientes de disfrutar que estás vivo, sin pensar en nada más.

Este sencillo ejercicio es el primer paso para cambiar su vida, para volver a enfocarse en vivir y no en hacer, para darle a su cerebro la oportunidad de crear con voluntad en vez de repetir rutinas de consumo una y otra y otra vez.  Respirar es vida, es salud, es reposo, es paz, es concentración, es eficiencia, es energía y  descanso a la vez.

Sea honesto(a) con usted mismo(a), si se observa en sus tareas del día con consciencia, se dará cuenta que hasta respirar es algo que se deja de lado con frecuencia, que no se respira profundo, que no se respira con fluidez, que se entrecortan las inhalaciones con tal de cumplir las tareas que estamos ejecutando automáticamente.

Regálese este esfuerzo, deténgase y respire, y hágalo una vez al día. Cuando pueda haga pausas y repita el ejercicio.  Aumente la frecuencia de sus respiraciones conscientes y verá cómo pronto su cuerpo recupera el equilibrio.

Respirar es amarse a uno mismo.


jueves, 13 de agosto de 2015

Pasos Importantes en el Camino a la Prosperidad

PSIQUE&SALUD
Programa Manualidades y Arte para la Autoafirmación
TARDES DE MANUALIDADES Y CAFÉ
13 de agosto de 2015

Pasos Importantes en el Camino a la Prosperidad
Por María Antonieta Campos Badilla

Cuando hablo de prosperidad me refiero a la abundancia en todo lo bueno: Abundancia material, abundancia en los vínculos afectivos, abundancia en la salud, abundancia en el deleite, abundancia para mí y abundancia para mi descendencia.

Desde que decidí trabajar independientemente, este se convirtió en un año de muchos aprendizaje en este tema.

PRIMER APRENDIZAJE: TENGO FE EN LA ABUNDANCIA DE DIOS PARA MÍ, DEBO EMPEZAR POR DISFRUTAR LAS PEQUEÑAS BENDICIONES 

Lo primero que he tenido que aprender es que la abundancia es un tema de fe. “Es pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.  Para poder ver lo que está dispuesto en plano espiritual para mí pero que aún no se ha materializado, es muy importante ver primero lo que ya está allí, en lo material, justo ahora. La obra de Dios es sutil y poderosa al mismo tiempo, puede haber toda una revolución en nuestras vidas y aún así es difícil notar que Él es quien está actuando.

Recuerdo una canción de Romeo y Sonia que rezaba: “De la higuera aprende, cuando su rama está tierna y brotan sus hojas es que el verano se acerca”. Este año le he pedido a Dios que me prospere (se lo he pedido sobre todo cuando se acercaban las fechas para hacer pagos). Les cuento que he tenido mucha más abundancia que liquidez y ha sido difícil no confundirse y pensar que Dios no me ha contestado.

Dios siempre contesta y Dios es abundante.

Este año he comido delicias, he paseado, he estado en contacto con la naturaleza y con el arte, he ido al teatro, he danzado, he podido gozar de diferentes programas de educación formal y no formal, he tenido salud, he abrazado a cada miembro de mi familia cada vez que así lo he necesitado, he contado con el amor de mis padres, de mis hermanos, de mi esposo, de su hija y de mis suegros… no puedo decir que nada me haya faltado.

Pero también es cierto que cuando se trabaja de manera independiente no se tiene asegurado un monto de dinero por mes para pagar las cuentas. Así, he tenido que escoger en qué me voy a enfocar: ¿me enfoco en las ramas y hojas verdes de la higuera o me quejo porque aún no estoy comiendo los higos de los que me he antojado?

Es fácil ver desde afuera cuál debe ser la actitud, ¿verdad? Es fácil ver desde allá que la fe no es tan difícil de practicar.

Mas cuando la espera se alarga se sienten las cargas más pesadas; pero Dios siempre nos da algunas señales, algunas promesas, algunas primicias para esperar a llegar al final del camino. Sobre todo he aprendido que no debo abandonar mis principios. No hay que desmayar, hay que disfrutar de las flores y frutos que se encuentran en este.

SEGUNDO APRENDIZAJE: DIOS PROSPERA TODAS LA OBRAS QUE CUMPLEN MI PROPÓSITO DIVINO, DEBO TENER PRESENTE CUÁL ES MI PROPÓSITO

Ahora bien, hay que caminar. Aun dentro de las opciones de trabajo informal hay que saber encontrar un propósito de vida y caminar hacia él.

Recuerdo muchísimas actividades de oración en mi juventud en las que alguna persona se acercó a bendecir mis manos: siempre me decían “todo lo que tus manos toquen prosperará”. Ninguna persona sabía de los otros me habían dicho; fueron diferentes lugares, diferentes contextos, diferentes épocas y diferentes personas y todas dijeron lo mismo. Así que les he creído aunque no siempre les entendí.

En ese tiempo no tenía idea de que mi trabajo como psicóloga, como artesana o como investigadora se centraría siempre en lo que yo puedo producir con mis manos. Hasta hace algunos días ni siquiera me había percatado de que yo trabajo todos los días con mis manos.

Por ahí tuve que empezar: Tuve que descubrir que yo tengo un propósito divino, que tengo un proyecto de vida que no es ajeno a lo que Dios ha ido esculpiendo en mi corazón. Ya lo dije:

·         Soy psicóloga y me dedico a ello los martes, los miércoles y los sábados; trabajo con arteterapia, técnicas creativas para estimulación cognitiva, terapia de juego, talleres de manualidades, terapia ocupacional, etc.

·         Soy investigadora educativa y trabajo en ello los jueves y viernes. Trabajo con diferentes empresas y tengo que ser altamente creativa para ello, casi siempre con pruebas psicométricas con formatos muy lúdicos, con técnicas artísticas en formatos grupales, talleres creativos, etc.

·         Soy artesana, diseño de joyas de autor, bisutería y accesorios. Hago esto los lunes. Espero llegar a tener una PYME funcional de aquí a mis 50 años; esta es una meta que me planteé después de cumplir los 30.  Cada una de las piezas que hago tiene un significado y el propósito de llevar un mensaje a las personas sobre el valor incalculable que tienen y sobre el gran cuidado que merecen darse a sí mismas.

Hago todo este con el propósito de que las personas descubran las capacidades y talentos que Dios les dio, que los valoren y los pongan en práctica, que crezcan y se desarrollen en ello como quien vive con un propósito de vida claro, que se valoren a sí mismas, que se amen para que puedan amar a otros, y que sean felices.

No tienen idea de cuántos años me ha costado definir en sólo cuatro párrafos a qué me dedico, cuándo lo hago y con qué propósito. Hasta la semana pasada tuve la comprensión de que estos cuatro párrafos constituyen el ministerio que Dios me dio.

En fin, sólo después de definir todo esto fue que pude descansar en Él y confiar que lo que estoy haciendo dará su fruto en el tiempo divino. Voy por el buen camino porque sé que Dios prospera las obras que cumplen con Su propósito en mi vida.

Así, el segundo paso para prosperar es definir cuál es el propósito que Dios tiene contigo, y una buena forma para definirlo es observar lo que Dios ha venido haciendo en tu vida. Las tres preguntas clave son: ¿a qué me dedico?, ¿cuándo lo hago? y ¿con qué propósito? Él no se ha equivocado, tu historia ha ido marcando lo que Dios quiere hacer en ti.

TERCER APRENDIZAJE: LOS PENSAMIENTOS SON IMPORTANTES, DEBEN SER ABUNDANTES

También, he aprendido que el estilo de pensamiento es determinante, debía desarrollar un estilo de pensamiento positivo y abandonar las ideas derrotistas; y esto es lo que más me ha costado debido a todas las historias personales que ya les he contado en publicaciones anteriores. Tuve que aprender a levantarme y decir lo que aprendí en la Biblia: “El pobre diga rico soy”; “Dios me puso por cabeza y no por cola, adelante y no atrás, arriba y no abajo, me da para prestar y no para pedir prestado”; “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”; “todo lo que mis manos hagan prosperará”; “todo lugar donde mis pies pisan es tierra conquistada”.

Yo no podía pasar por la vida deseando que alguien comprara mis productos o servicios para ayudarme cuando yo bien sabía que mis productos y servicios ayudan a otras personas a estar mejor. También tuve que aprender a repetir esto: “mis productos y servicios son útiles, deseados y bien cotizados, la gente los va a comprar”. Esto último era lo difícil de creer; yo sé que mi trabajo es bueno porque lo hago con amor, pero cuando se te enseña desde niña a pensar siempre primero en los demás, es difícil entender que puedes dar y ganar tu pan al mismo tiempo. En fin, este año tuve que recordar que Dios me dio talentos para que los ponga a trabajar y me ha prometido que estos producirán "al ciento por uno". "Salario hay para el que trabaja" y yo trabajo todos los días. Así he continuado mis labores con esperanza.

Los frutos comenzaron a venir poco después pero con algo de inestabilidad, a veces sí y a veces no. Aún ahora funciona de esa manera. Tuve que empezar a medir mis logros con plazos más largos, ya no pienso en mi salario por mes, sino en lo que logré en el año. Es más fácil, porque al fin y al cabo, como ya les dije, tengo evidencias amplias de que vivo en la abundancia.

Ahora me doy cuenta de que tuve que pasar por un proceso fuerte de reestructuración cognitiva; ya no recibo un salario mensual así que no es así como puedo medir el éxito en mis labores. Ahora tenía que pensar en la visión y misión de mis empresas o como se dice en un idioma cristiano y sencillo “en el propósito de mi ministerio”. Mi propósito es más grande ahora y la contabilidad la lleva Dios, y a Él siempre le salen las cuentas.

En síntesis se trata de pensar y hablar con abundancia y cambiar las medidas con las que se valoran los logros. Este año he avanzado despacio y sutilmente en todo, pero son muchas cosas, tres grandes proyectos y tres profesiones en un solo ministerio; si lo sumo todo, he logrado un montón.

CUARTO APRENDIZAJE: DEBO TRABAJAR CON PERSEVERANCIA Y ORDEN, SIEMPRE DE ADENTRO HACIA AFUERA, SIEMPRE EN EL TIEMPO CORRECTO.

¿Observaron que en el primer punto señalé específicamente cuáles días soy psicóloga, cuáles días soy investigadora y cuáles días soy artesana? Tuve que ordenarme para no perderme. Y tuve que decirlo al mundo para que no me pierdan.

Un tiempo para cada cosa y no dejar de trabajar: “Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento”. (Proverbios 6:6-8)

De eso se trataba ahora de saber que debía trabajar todos los días sin un jefe o supervisor, sin tener la presión de tener que entregar productos determinados en fechas específicas. Yo debía tener al autonomía necesaria para dirigir mis pasos.

Para ello era necesaria una rutina que me diera estabilidad: Una rutina con buena dieta, ejercicios, tiempos de descanso, oración, meditación, familia, amigos, etc., también era necesario un horario para trabajar unos días específicos para cada una mis funciones.

Nótese que en este apartado sobre la perseverancia estoy especificando primero los tiempos de atención personal y social, y es que, en el orden correcto, se trabaja para vivir, no se vive para trabajar. No se puede servir a Dios con efectividad si tus pies están cansados, si tu cuerpo está desgastado, si tu mente está aturdida, si tu corazón está triste o si tu espíritu está afligido. El trabajo, el esfuerzo debe desarrollarse de adentro hacia afuera y siempre en el tiempo correcto: un tiempo para cada cosa.

Y sí, estoy diciendo servir a Dios, trabajar para Él, porque ¿para quién más conviene trabajar sino para la fuerza amorosa que mueve el Universo?

Así, recomiendo a quienes quieran ser perseverantes definir primero sus tiempos: ¿Qué van a hacer? y ¿cuándo lo van a hacer?, y sobre todo ¿para quién trabajan? Y, en cualquiera de los casos, comiencen por satisfacer sus necesidades personales de manera que puedan trabajar con mayor efectividad.

QUINTO APRENDIZAJE: NECESITO QUE EL MUNDO SEPA CUÁL ES MI PROPÓSITO, CUÁLES MIS INTENCIONES, PARA QUE ASÍ ME RECIBAN CON CONFIANZA Y APERTURA

Si tienes una visión, una misión, un propósito en el mundo; sobre todo si es un propósito de servicio como el mío, comunícale al mundo claramente lo que estás haciendo.

Ya dije que tengo tres profesiones y un solo ministerio. A la gente le cuesta entender qué hago y tienen razón porque yo he pasado meses tratando de simplificarlo. Ahora es más fácil de explicar:

Soy Psicóloga e Investigadora Educativa: Uso el arte y la creatividad, tanto como proceso como desde los productos que embellecen a las personas y a su entorno, con el propósito de recordarle a las personas que son valiosas, que tienen capacidades y talentos únicos sin importar su edad y que pueden definirse y afirmar su propósito en el mundo.

Todo en nuestras vidas converge de alguna manera. Medita. Busca ese punto en que todas las áreas de tu vida tienen algo en común. Digo “todas las áreas de tu vida” no sólo las experiencias que más te han calado, sino todo, aquello que haces en tu cotidianidad de forma repetitiva, aquello en lo que eres especialmente talentoso(a), aquello que te cuesta y que has superado y te ha fortalecido, aquello que te ayuda a sentirte en paz y a disfrutar, aquello que consideras valioso e importante... En lo que es común entre lo sutil y cotidiano y lo impactante y esporádico, en eso que converge, es en lo que encontrarás el propósito de tus días, la obra hermosa que Dios va haciendo en ti y que te da sentido.

Si defines tu propósito de vida, la visión y la misión de tu trabajo personal, las personas que te rodean podrán comprenderte más claramente y recibirte con expectativas claras y con mayor confianza y apertura.

SEXTO APRENDIZAJE: DEBO PERDONAR, LIBERAR Y COMPARTIR PARA DISFRUTAR MI PROPIA PROSPERIDAD

En las últimas semanas recordé una de las lecciones más importantes de la vida de un cristiano: Entramos al jubileo eterno y podemos disfrutar de libertad espiritual sólo porque Cristo saldó una deuda que era nuestra. Se nos dio esta bendición como regalo y lo único que se nos dijo fue: "lo que de gracia recibisteis dadlo de gracia". Así, nuestra única deuda es una deuda de amor. Amar es compartir, es liberar, es soltar el pasado, es perdonar, es dejar ir al que te debe para avanzar hacia tu propia prosperidad y plenitud.

La prosperidad en la vida cristiana no consiste en acumular bienes materiales, consiste en desarrollar una clara consciencia de que Dios es abundante, el Universo es abundante, nuestra vida es abundante y nuestras relaciones también lo son. Debemos permanecer en comunión constante con la Fuente Divina, y dejar que fluya a través de nosotros Su amor, Su bendición, Sus buenas dádivas. Esto sólo es posible perdonamos y entramos en la perfecta gracia,  cuando somos coherentes con la naturaleza divina, abundante y generosa que Dios puso en nuestro corazón. En la perfecta gracia en donde somos realmente prósperos, plenos y abundantes.