PSIQUE&SALUD
Programa Manualidades y Arte para la Autoafirmación
TARDES DE MANUALIDADES Y CAFÉ
13 de agosto de 2015
Pasos Importantes en el Camino a la
Prosperidad
Por María Antonieta
Campos Badilla
Cuando hablo de prosperidad me
refiero a la abundancia en todo lo bueno: Abundancia material, abundancia en
los vínculos afectivos, abundancia en la salud, abundancia en el deleite,
abundancia para mí y abundancia para mi descendencia.
Desde que decidí trabajar
independientemente, este se convirtió en un año de muchos aprendizaje en este
tema.
PRIMER APRENDIZAJE: TENGO FE EN
LA ABUNDANCIA DE DIOS PARA MÍ, DEBO EMPEZAR POR DISFRUTAR LAS PEQUEÑAS
BENDICIONES
Lo primero que he tenido que
aprender es que la abundancia es un tema de fe. “Es pues la fe la certeza de lo
que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Para poder ver lo que está dispuesto en plano
espiritual para mí pero que aún no se ha materializado, es muy importante ver
primero lo que ya está allí, en lo material, justo ahora. La obra de Dios es sutil y poderosa al mismo
tiempo, puede haber toda una revolución en nuestras vidas y aún así es difícil notar que Él es quien está actuando.
Recuerdo una canción de Romeo y
Sonia que rezaba: “De la higuera aprende, cuando su rama está tierna y brotan
sus hojas es que el verano se acerca”. Este año le he pedido a Dios que me
prospere (se lo he pedido sobre todo cuando se acercaban las fechas para hacer
pagos). Les cuento que he tenido mucha más abundancia que liquidez y ha sido difícil no
confundirse y pensar que Dios no me ha contestado.
Dios siempre contesta y Dios es
abundante.
Este año he comido delicias, he
paseado, he estado en contacto con la naturaleza y con el arte, he ido al teatro, he danzado, he
podido gozar de diferentes programas de educación formal y no formal, he tenido
salud, he abrazado a cada miembro de mi familia cada vez que así lo he
necesitado, he contado con el amor de mis padres, de mis hermanos, de mi esposo, de su hija y de mis suegros…
no puedo decir que nada me haya faltado.
Pero también es cierto que cuando se trabaja de manera independiente no se tiene asegurado un monto de dinero por mes para pagar las cuentas. Así, he tenido que escoger en qué me voy a enfocar: ¿me enfoco en las ramas y hojas verdes de la higuera o me quejo porque aún no estoy comiendo los higos de los que me he antojado?
Pero también es cierto que cuando se trabaja de manera independiente no se tiene asegurado un monto de dinero por mes para pagar las cuentas. Así, he tenido que escoger en qué me voy a enfocar: ¿me enfoco en las ramas y hojas verdes de la higuera o me quejo porque aún no estoy comiendo los higos de los que me he antojado?
Es fácil ver desde afuera cuál
debe ser la actitud, ¿verdad? Es fácil ver desde allá que la fe no es tan
difícil de practicar.
Mas cuando la espera se alarga se
sienten las cargas más pesadas; pero Dios siempre nos da algunas señales,
algunas promesas, algunas primicias para esperar a llegar al final del camino. Sobre todo he aprendido que no debo abandonar mis principios. No hay que desmayar, hay que disfrutar de las flores y frutos que se encuentran
en este.
SEGUNDO APRENDIZAJE: DIOS
PROSPERA TODAS LA OBRAS QUE CUMPLEN MI PROPÓSITO DIVINO, DEBO TENER PRESENTE CUÁL ES MI PROPÓSITO
Ahora bien, hay que caminar. Aun
dentro de las opciones de trabajo informal hay que saber encontrar un propósito
de vida y caminar hacia él.
Recuerdo muchísimas actividades
de oración en mi juventud en las que alguna persona se acercó a bendecir mis
manos: siempre me decían “todo lo que tus manos toquen prosperará”. Ninguna persona sabía de los otros me habían dicho; fueron diferentes lugares, diferentes contextos, diferentes épocas y diferentes personas y todas dijeron lo mismo. Así que les he creído aunque no siempre les entendí.
En ese tiempo no tenía idea de que mi trabajo como psicóloga, como artesana o como investigadora se centraría siempre en lo que yo puedo producir con mis manos. Hasta hace algunos días ni siquiera me había percatado de que yo trabajo todos los días con mis manos.
En ese tiempo no tenía idea de que mi trabajo como psicóloga, como artesana o como investigadora se centraría siempre en lo que yo puedo producir con mis manos. Hasta hace algunos días ni siquiera me había percatado de que yo trabajo todos los días con mis manos.
Por ahí tuve que empezar: Tuve
que descubrir que yo tengo un propósito divino, que tengo un proyecto de vida
que no es ajeno a lo que Dios ha ido esculpiendo en mi corazón. Ya lo dije:
·
Soy psicóloga y me dedico a ello los martes, los miércoles y los sábados; trabajo con arteterapia, técnicas creativas para
estimulación cognitiva, terapia de juego, talleres de manualidades, terapia
ocupacional, etc.
·
Soy investigadora educativa y trabajo en ello
los jueves y viernes. Trabajo con diferentes empresas y tengo que ser altamente
creativa para ello, casi siempre con pruebas psicométricas con formatos muy
lúdicos, con técnicas artísticas en formatos grupales, talleres creativos, etc.
·
Soy artesana, diseño de joyas de autor, bisutería y
accesorios. Hago esto los lunes. Espero llegar a tener una PYME funcional de
aquí a mis 50 años; esta es una meta que me planteé después de cumplir los 30. Cada una de las piezas que hago tiene un
significado y el propósito de llevar un mensaje a las personas sobre el valor
incalculable que tienen y sobre el gran cuidado que merecen darse a sí mismas.
Hago todo este con el propósito de que las personas descubran las capacidades y talentos que Dios les dio, que los valoren y los pongan en práctica, que crezcan y se desarrollen en ello como quien vive con un propósito de vida claro, que se valoren a sí mismas, que se amen para que puedan amar a otros, y que sean felices.
Hago todo este con el propósito de que las personas descubran las capacidades y talentos que Dios les dio, que los valoren y los pongan en práctica, que crezcan y se desarrollen en ello como quien vive con un propósito de vida claro, que se valoren a sí mismas, que se amen para que puedan amar a otros, y que sean felices.
No tienen idea de cuántos años me
ha costado definir en sólo cuatro párrafos a qué me dedico, cuándo lo hago y
con qué propósito. Hasta la semana pasada tuve la comprensión de que estos
cuatro párrafos constituyen el ministerio que Dios me dio.
En fin, sólo después de definir todo
esto fue que pude descansar en Él y confiar que lo que estoy haciendo dará su
fruto en el tiempo divino. Voy por el buen camino porque sé que Dios prospera
las obras que cumplen con Su propósito en mi vida.
Así, el segundo paso para
prosperar es definir cuál es el propósito que Dios tiene contigo, y una buena
forma para definirlo es observar lo que Dios ha venido haciendo en tu vida. Las tres preguntas clave son: ¿a qué me
dedico?, ¿cuándo lo hago? y ¿con qué propósito? Él no se ha equivocado, tu historia
ha ido marcando lo que Dios quiere hacer en ti.
TERCER APRENDIZAJE: LOS
PENSAMIENTOS SON IMPORTANTES, DEBEN SER ABUNDANTES
También, he aprendido que el
estilo de pensamiento es determinante, debía desarrollar un estilo de pensamiento
positivo y abandonar las ideas derrotistas; y esto es lo que más me ha costado
debido a todas las historias personales que ya les he contado en publicaciones
anteriores. Tuve que aprender a levantarme y decir lo que aprendí en la Biblia: “El pobre diga rico soy”; “Dios
me puso por cabeza y no por cola, adelante y no atrás, arriba y no abajo, me da
para prestar y no para pedir prestado”; “todo lo puedo en Cristo que me
fortalece”; “todo lo que mis manos hagan prosperará”; “todo lugar donde mis
pies pisan es tierra conquistada”.
Yo no podía pasar por la vida
deseando que alguien comprara mis productos o servicios para ayudarme cuando yo
bien sabía que mis productos y servicios ayudan a otras personas a estar mejor.
También tuve que aprender a repetir esto: “mis productos y servicios son
útiles, deseados y bien cotizados, la gente los va a comprar”. Esto último era lo difícil de creer; yo sé que mi trabajo es bueno porque lo hago con amor, pero cuando se te enseña desde niña a pensar siempre primero en los demás, es difícil entender que puedes dar y ganar tu pan al mismo tiempo. En fin, este año tuve que recordar que Dios me dio talentos para que los ponga a trabajar y me ha prometido que estos producirán "al ciento por uno". "Salario hay para el que trabaja" y yo trabajo todos los días. Así he continuado mis labores con esperanza.
Los frutos comenzaron a venir
poco después pero con algo de inestabilidad, a veces sí y a veces no. Aún ahora funciona de esa manera. Tuve que
empezar a medir mis logros con plazos más largos, ya no pienso en mi salario
por mes, sino en lo que logré en el año. Es más fácil, porque al fin y al cabo,
como ya les dije, tengo evidencias amplias de que vivo en la abundancia.
Ahora me doy cuenta de que tuve
que pasar por un proceso fuerte de reestructuración cognitiva; ya no recibo un
salario mensual así que no es así como puedo medir el éxito en mis labores.
Ahora tenía que pensar en la visión y misión de mis empresas o como se dice en un
idioma cristiano y sencillo “en el propósito de mi ministerio”. Mi propósito es
más grande ahora y la contabilidad la lleva Dios, y a Él siempre le salen las
cuentas.
En síntesis se trata de pensar y hablar
con abundancia y cambiar las medidas con las que se valoran los logros. Este año he avanzado despacio y
sutilmente en todo, pero son muchas cosas, tres grandes proyectos y tres
profesiones en un solo ministerio; si lo sumo todo, he logrado un montón.
CUARTO APRENDIZAJE: DEBO TRABAJAR CON PERSEVERANCIA
Y ORDEN, SIEMPRE DE ADENTRO HACIA AFUERA, SIEMPRE EN EL TIEMPO CORRECTO.
¿Observaron que en el primer
punto señalé específicamente cuáles días soy psicóloga, cuáles días soy
investigadora y cuáles días soy artesana? Tuve que ordenarme para no perderme. Y
tuve que decirlo al mundo para que no me pierdan.
Un tiempo para cada cosa y no
dejar de trabajar: “Ve a la hormiga, oh perezoso, mira
sus caminos, y sé sabio; la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor,
prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su
mantenimiento”. (Proverbios 6:6-8)
De eso se trataba ahora de saber
que debía trabajar todos los días sin un jefe o supervisor, sin tener la
presión de tener que entregar productos determinados en fechas específicas. Yo
debía tener al autonomía necesaria para dirigir mis pasos.
Para ello era necesaria una
rutina que me diera estabilidad: Una rutina con buena dieta, ejercicios,
tiempos de descanso, oración, meditación, familia, amigos, etc., también era
necesario un horario para trabajar unos días específicos para cada una mis
funciones.
Nótese que en este apartado sobre la perseverancia estoy especificando primero los tiempos de atención personal y
social, y es que, en el orden correcto, se trabaja para vivir, no se vive
para trabajar. No se puede servir a Dios con efectividad si tus pies están
cansados, si tu cuerpo está desgastado, si tu mente está aturdida, si tu
corazón está triste o si tu espíritu está afligido. El trabajo, el esfuerzo
debe desarrollarse de adentro hacia afuera y siempre en el tiempo correcto: un
tiempo para cada cosa.
Y sí, estoy diciendo servir a Dios, trabajar para Él, porque ¿para quién más conviene trabajar sino para la fuerza amorosa que mueve el Universo?
Y sí, estoy diciendo servir a Dios, trabajar para Él, porque ¿para quién más conviene trabajar sino para la fuerza amorosa que mueve el Universo?
Así, recomiendo a quienes quieran
ser perseverantes definir primero sus tiempos: ¿Qué van a hacer? y ¿cuándo lo
van a hacer?, y sobre todo ¿para quién trabajan? Y, en cualquiera de los casos, comiencen por satisfacer sus necesidades personales de manera que puedan trabajar con mayor efectividad.
QUINTO APRENDIZAJE: NECESITO QUE EL MUNDO SEPA CUÁL ES MI PROPÓSITO, CUÁLES MIS INTENCIONES, PARA QUE ASÍ ME RECIBAN CON CONFIANZA Y APERTURA
Si tienes una visión, una misión, un propósito en el
mundo; sobre todo si es un propósito de servicio como el mío, comunícale al
mundo claramente lo que estás haciendo.
Ya dije que tengo tres
profesiones y un solo ministerio. A la gente le cuesta entender qué hago y tienen razón porque yo
he pasado meses tratando de simplificarlo. Ahora es más fácil de explicar:
Soy Psicóloga
e Investigadora Educativa: Uso el arte y la creatividad, tanto como proceso
como desde los productos que embellecen a las personas y a su entorno, con el
propósito de recordarle a las personas que son valiosas, que tienen capacidades
y talentos únicos sin importar su edad y que pueden definirse y afirmar su
propósito en el mundo.
Todo en nuestras vidas converge
de alguna manera. Medita. Busca ese punto en que todas las áreas de tu vida
tienen algo en común. Digo “todas las áreas de tu vida” no sólo las
experiencias que más te han calado, sino todo, aquello que haces en tu
cotidianidad de forma repetitiva, aquello en lo que eres especialmente
talentoso(a), aquello que te cuesta y que has superado y te ha fortalecido, aquello
que te ayuda a sentirte en paz y a disfrutar, aquello que consideras valioso e
importante... En lo que es común entre lo sutil y cotidiano y lo impactante y
esporádico, en eso que converge, es en lo que encontrarás el propósito de tus
días, la obra hermosa que Dios va haciendo en ti y que te da sentido.
Si defines tu propósito de vida, la visión y la misión de tu trabajo personal, las personas que te rodean podrán comprenderte más claramente y recibirte con expectativas claras y con mayor confianza y apertura.
SEXTO APRENDIZAJE: DEBO PERDONAR, LIBERAR Y COMPARTIR PARA DISFRUTAR MI PROPIA PROSPERIDAD
En las últimas semanas recordé una de las lecciones más importantes de la vida de un cristiano: Entramos al jubileo eterno y podemos disfrutar de libertad espiritual sólo porque Cristo saldó una deuda que era nuestra. Se nos dio esta bendición como regalo y lo único que se nos dijo fue: "lo que de gracia recibisteis dadlo de gracia". Así, nuestra única deuda es una deuda de amor. Amar es compartir, es liberar, es soltar el pasado, es perdonar, es dejar ir al que te debe para avanzar hacia tu propia prosperidad y plenitud.
La prosperidad en la vida cristiana no consiste en acumular bienes materiales, consiste en desarrollar una clara consciencia de que Dios es abundante, el Universo es abundante, nuestra vida es abundante y nuestras relaciones también lo son. Debemos permanecer en comunión constante con la Fuente Divina, y dejar que fluya a través de nosotros Su amor, Su bendición, Sus buenas dádivas. Esto sólo es posible perdonamos y entramos en la perfecta gracia, cuando somos coherentes con la naturaleza divina, abundante y generosa que Dios puso en nuestro corazón. En la perfecta gracia en donde somos realmente prósperos, plenos y abundantes.
Si defines tu propósito de vida, la visión y la misión de tu trabajo personal, las personas que te rodean podrán comprenderte más claramente y recibirte con expectativas claras y con mayor confianza y apertura.
SEXTO APRENDIZAJE: DEBO PERDONAR, LIBERAR Y COMPARTIR PARA DISFRUTAR MI PROPIA PROSPERIDAD
En las últimas semanas recordé una de las lecciones más importantes de la vida de un cristiano: Entramos al jubileo eterno y podemos disfrutar de libertad espiritual sólo porque Cristo saldó una deuda que era nuestra. Se nos dio esta bendición como regalo y lo único que se nos dijo fue: "lo que de gracia recibisteis dadlo de gracia". Así, nuestra única deuda es una deuda de amor. Amar es compartir, es liberar, es soltar el pasado, es perdonar, es dejar ir al que te debe para avanzar hacia tu propia prosperidad y plenitud.
La prosperidad en la vida cristiana no consiste en acumular bienes materiales, consiste en desarrollar una clara consciencia de que Dios es abundante, el Universo es abundante, nuestra vida es abundante y nuestras relaciones también lo son. Debemos permanecer en comunión constante con la Fuente Divina, y dejar que fluya a través de nosotros Su amor, Su bendición, Sus buenas dádivas. Esto sólo es posible perdonamos y entramos en la perfecta gracia, cuando somos coherentes con la naturaleza divina, abundante y generosa que Dios puso en nuestro corazón. En la perfecta gracia en donde somos realmente prósperos, plenos y abundantes.
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