Programa Manualidades y Arte para la Autoafirmación
TARDES DE MANUALIDADES Y CAFÉ
28 de agosto de 2015
CONECTARSE CON LOS SENTIDOS
II PARTE
Sentir la Piel, Sentir tu Entorno
¿Quieres
ser consciente de los mensajes que tu cuerpo te da? ¿Quieres en verdad prestar
atención a lo que dice tu cuerpo?
Sé que
escuchas lo que dices, que observas lo que haces, que prestas especial atención
a tus posturas, que no te gusta incomodarte sentándote en sillas que te causan
dolor, que evitas el frío o el exceso de calor.
Ahora bien,
¿con cuanta frecuencia te dedicas a sentir tu piel? Te propongo un ejercicio:
1.
Siente tu piel ahora mismo, respira despacio y enfócate en
ella. ¿Cómo está? Está cómoda, suave, humectada, cómo está su temperatura, ¿le
gusta a tu piel el contacto con tu entorno?, ¿se siente protegida o
vulnerable?, ¿se siente libre o aprisionada?
2.
Respira despacio y siente tu piel. Ámala,
dedícale un rato; ¡tu piel es un regalo!, es tan suave y noble como los pétalos
de un lirio.
3.
Regálate por un momento, una caricia; un abrazo.
Si puedes y quieres, saca un momento para humectar con crema las partes de tu
piel más resecas. Abrígate si tienes frío, cámbiate la ropa por algo más cómodo
si tienes la posibilidad de hacerlo.
4.
Quédate quieto(a) por sólo un momento, y enfoca
tu atención amorosa en cada pedacito de piel. Respira despacio y disfruta este
pequeño tiempo de contacto contigo mismo(a).
5.
Ahora que eres consciente de tu piel, comienza a
disfrutar con ella de tu entorno. ¿Sientes la silla donde estás sentado?,
¿sientes el lugar donde reposan tus manos? ¿Cómo son?
6.
Comienza a encontrar y a diferenciar las
sensaciones cálidas de las frías, las ásperas de las lisas, las suaves y
flexibles de las rígidas y duras. ¿Dónde está cada una de esas sensaciones? Es
tu piel la que te permite saberlo.
7.
Cierra los ojos, respira despacio y trata de
sentir de una sola vez todas esas sensaciones de los objetos que están a tu
alrededor, aún el aire tiene una temperatura, una humedad y una densidad que
puedes sentir. ¡Siéntelo todo!
8.
Siente cada parte de tu piel en contacto con tu
entorno, y al mismo tiempo trata de sentir tu piel envolviendo y conteniendo tu
cuerpo con ternura. Ahí, donde tu piel delimita tu cuerpo, ahí empieza el viaje
a la inmensidad de tu universo interno.
“Mirad cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan.
Sin embargo, os digo que ni aun el rey Salomón,
con todo su lujo, se
vestía como uno de ellos”.
Lucas 12:28-29
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