Compartir magia para ser felices
Por María Antonieta
Campos
No he encontrado más sentido en
la vida que compartir las cosas lindas que nos ocurren con otros que nos aman y
con algunos que ni siquiera nos conocen.
Ser felices no se trata de que
esas personas que nos aman estén allí todo el tiempo; no se trata de que otras
personas satisfagan todas nuestras necesidades; eso no existe: el diseño humano
está dotado de un vacío existencial fundamental que nos impulsa a buscar
conexiones espirituales más altas. Entonces, ser felices no se trata de un
compartir permanente o absolutamente satisfactorio, sino de un compartir en
libertad, en lo presente y en las cosas pequeñas y mágicas que suceden en
nuestra vida.
Ser feliz es ser capaz de
respirar sentir agradecimiento por ello y compartirlo con nuestra mirada con
aquella personas más próxima. Es compartir lo
bueno, lo mágico y lo trascendente con nuestras palabras, con nuestra
sonrisa o con una acción que le retribuye a otro aquello que hemos recibido
inesperadamente y por gracia. Gracia significa regalo.
Lo que de gracia recibimos lo
agradecemos, el agradecimiento nos hace felices y damos de gracia, y ese regalo
que otorgamos termina por generarnos también alguna satisfacción.
Son pasos sencillos: Disfrutar algo,
agradecerlo, compartir algo, y disponernos a ser felices en las pequeñas
sorpresas de la vida y en las interacciones que se dan como regalo (un regalo
que recibimos o uno que damos).
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