miércoles, 11 de enero de 2017

Orden

Orden
Por María Antonieta Campos

En una reflexión anterior escribí que toda la actividad productiva del ser humano se enfoca en ordenar algo. Veamos algunos ejemplos:
·         Cuando pintamos una obra de arte debemos ordenar y preparar el lienzo, ordenar los materiales, organizar los colores, ordenar las líneas que componen nuestra obra según la perspectiva, los puntos de fuga, el diseño y hasta el enfoque emotivo que queremos transmitir, ordenar los colores en la pintura que hacemos según los tonos, luces y sombras que dan sentido a la imagen creada.
·         Cuando escribimos un documento, de cualquier tipo, definimos un objetivo, un mensaje final, los desglosamos en varias ideas que soportan ese mensaje, y ordenamos las ideas con mayor o menor gracia, y colocamos esas ideas ordenadas en el texto.
·         Cuando empezamos una reunión debemos dirigirnos por una agenda y tratar de delimitar el tiempo de cada participación para llegar a un fin productivo. Si no hay un objetivo para la reunión que responda a una planificación (ordenamiento de la actividad empresarial) entonces participamos de una reunión fútil.
·         Cuando se ara la tierra se la ordena. Cuando se siembra, se organizan las semillas en líneas y espacios pensados para el crecimiento de las plantas. Cuando estas se riegan o se abonan se ordenan los tiempos, las cantidades y las frecuencias.
·         Cuando se construye un edificio se ordenan las columnas, las paredes, los techos, los espacios. Cuando de hace la contabilidad se ordenan los ingresos, los gastos, las ganancias, las deudas, los números. Cuando se atiende la salud de las personas se ordena su dieta, sus hábitos, las sustancias químicas del cuerpo humano, los tejidos mismos.
Decía mi profesor de física en el colegio: “La física define al trabajo como movimiento, no hay trabajo si no hay movimiento”. Yo digo: ¡Todo el trabajo productivo del ser humano es una actividad de organización, trabajar es, simplemente, ordenar.
Algunas veces nos sentimos bloqueados porque no logramos empezar o retomar una actividad productiva, o nuestra vida productiva en general. Nos bloqueamos porque no sabemos por dónde empezar, porque quizás necesitamos un plan mental que defina perfectamente cada paso de una obra que apenas empieza, o tal vez porque esa actividad nos genera recuerdos y emociones sobre el futuro que queremos evitar.
En tales casos, iniciar o reiniciar, es más sencillo de lo que parece. Si no se entienden los sentimientos o el proceso en sí mismo, no hace falta analizarlo, no hace falta resolverlo todo (lo racional o emocional) en la mente, sólo es necesario ponerse a ordenar: algo, una parte de aquello que está al frente: ordenar los papeles, ordenar los archivos de la computadora, ordenar los materiales, ordenar los trastes antes de lavarlos, solamente ordenar un poco, algo, lo que sea.
La misma actividad de ordenar lo más pequeño tiene implicado un nivel de satisfacción que impulsa nuevos ordenamientos, nuevas acciones. En menos de lo esperado comenzará a ver el producto de sus acciones.

¿Se ha quedado sin batería su automóvil alguna vez? ¿Ha logrado encenderlo y se ha dado cuenta de que con sólo poner a trabajar el motor la batería se carga? Así funcionamos. Si su día comenzó sin ánimo, si sus pensamientos lo abruman, no piense más, dedíquese a ordenar un poco y atienda sólo aquello que está ordenando. Después de un ratito la energía regresará, las ideas volverán, el mismo orden de su ambiente atraerá nuevas posibilidades, nuevas actividades productivas y satisfactorias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario