sábado, 14 de enero de 2017

Una Buena Compañía

Una Buena Compañía
Por María Antonieta Campos
Casi todas las personas manejamos la noción de que es bueno rodearnos de buena compañía. Pero, he visto que, de alguna manera, en algunos momentos, no nos resulta fácil definir cuando una compañía nos resulta buena o no. Para aquellos casos en los que la definición resulta difícil es bueno utilizar una simple lista de chequeo:
         Me siento feliz cuando esta persona está cerca. No me siento ansiosa ni molesta.
         Cuando la persona se ha ido me siento satisfecha. No me siento ansiosa. No me siento molesta.
         Cuando converso con esta persona me siento en paz la mayoría del tiempo. No estoy preocupada ni triste por esta persona la mayor parte del tiempo.
         Mi salud está bien o mejor desde que conozco a esta persona. Mi salud no ha decaído ni coinciden mis malestares con las interacciones o preocupaciones en mi relación con esta persona (aunque sea una relación llena de experiencias hermosas en otros campos).
         Desde que me relaciono con esta persona soy más productiva, más positiva, mejoran mis relaciones sociales.
         Esta persona valora lo que hago con satisfacción, lo que hago a partir de mis talentos. Me alaba e impulsa, no critica mis actividades, no detiene mi producción ni me hace dudar de ninguna de estas actividades de las que me sentía orgullosa desde antes de conocerle.
         Esta persona se incluye con facilidad en mis círculos sociales, no me aísla de ellos.
Esta lista puede servir de advertencia: La mayoría de relaciones nocivas se establecen con personas que no cumplen alguno de los puntos anteriores.
Por otro lado, en muy pocos casos he visto un beneficio de una relación con alguien que no cumpla estos criterios, y en esos casos, tienden a ser relaciones que se establecen por algún beneficio específico y temporal; es decir, alguien que nos da apoyo en alguna área específica y en un momento específico de la vida pero que pronto se irá porque simplemente no encaja con el resto de la rutina productiva y social propia.

Una buena compañía encaja con todo en nuestras vidas y nos impulsa. Si no encaja en todo, aunque sea una buena persona, no es parte del elenco de tu obra maestra. Ámale si quieres, pero déjale ir y representar su propia función, mientras que tú disfrutas de vivir con aquellos que te aman en todo.

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